Oyes la ladra. “Ahí viene el cochino”, piensas. Pero… viene corriendo a toda velocidad y tienes un tiradero de apenas cinco metros. ¿Qué haces? A continuación te explicamos cómo puedes adelantarte a esta situación y entrenar para que el cochino acabe rodando por el cortadero.
20/7/2016 | Redacción JyS
Disparos a la carrera
Un animal corriendo no es un objetivo fácil, en absoluto, pero es la situación más habitual que nos vamos a encontrar cazando en batida o montería. Para algunos cazadores que no están acostumbrados a este tipo de modalidades incluso puede ser un tiro imposible. Y debes tener clara la diferencia entre un disparo difícil y uno que no debes ni tan siquiera intentar.
Un animal corriendo a larga distancia plantea un disparo que la mayoría no debería ejecutar. Sin embargo, una pieza corriendo a corta o media distancia puede ofrecer una oportunidad de efectuar un disparo ético en el que la pieza no sufra, objetivo prioritario de todo cazador.
En muchos campos de tiro de España tienes la posibilidad de practicar con tu rifle sobre blanco fijo. Pero con el móvil no lo tendrás tan sencillo. Si tienes la oportunidad de viajar por otros países europeos con legislaciones más avanzadas que la española en materia de armas (Alemania, Suecia, Dinamarca, Francia…) verás que ellos pueden ejecutar disparos sobre siluetas móviles de los animales que luego van a cazar a tamaño real. De esta manera saben dónde y cómo corregir sus tiros. Esto es perfecto para entrenar esos disparos en movimiento y para conseguir muertes más rápidas y menos piezas heridas en la caza real. Sin embargo, en España no existe ninguno de estas características por culpa de la complicada legislación y el control que el Gobierno ejerce sobre todo lo relacionado las armas. Por eso lo normal es que te resulte difícil acceder a ellos. No obstante, un truco más accesible, es el tiro con carabina de aire comprimido a una diana móvil -cómo esta-. Así podrás practicar los disparos en movimiento; muy similares, en cuanto a mecánica, a los que realizarás en monterías o batidas.
El tiro a piezas en movimiento es prácticamente igual al que se realiza a estos objetivos móviles, con la ventaja de que la carabina te ofrece una mayor oportunidad de asimilar la mecánica, al no presentar apenas retroceso, y es infinitamente más económica, con lo que puedes disparar tantos balines como desees. Adelanta bien, mantén el movimiento y acciona el gatillo.
Disparos a larga distancia
Estos tiros dependen en gran medida de la práctica y la habilidad del cazador, aunque también dependen de muchas variables ajenas al propio hombre como el viento, un movimiento inesperado del animal, etc… El límite lo pone cada persona, y depende de la experiencia de esta y de las condiciones ajenas, pero incluso encontrando las condiciones ideales y contando con un equipo adecuado 450 metros sería, aproximadamente, el máximo para un tiro para el común de los mortales.
Estos disparos van más allá de las capacidades de la mayoría de cazadores y hay múltiples motivos que nos pueden provocar que fallemos, como ya te explicamos en este artículo. Hace unos años, cuando no había telémetros y los rifles, la munición y la óptica eran de una calidad inferior, un tiro a más de 300 metros era casi imposible de realizar. Ahora, si tienes tiempo para pensar y colocar el tiro, esta distancia no debe suponer ningún problema teniendo en cuenta los equipos que se encuentran en el mercado.
Pero para poder estar seguros de hacer un disparo a esas distancias debemos intentar practicar en esas condiciones de tiro. Si nunca has probado a disparar a esa distancia y una pieza se te presenta a 300 metros, ni lo intentes, será imposible.
Aunque si tienes la posibilidad de practicar a más de 250 metros, entonces serás capaz de entender el comportamiento de la munición que utilizas y por tanto podrás intentar tiros más lejanos. No es una labor sencilla, porque en nuestro país una vez más la legislación no deja mucho espacio para los campos de tiro a larga distancia, por eso son bastantes personas practican en sus cotos cuando la temporada está abierta y las condiciones se lo permiten. Lo ideal es probar distintas posiciones –sentado, de rodillas, tumbado…– en las que te sientas cómodo para poder disparar en situaciones reales. Un consejo muy divertido: para saber si has acertado a grandes distancias puedes utilizar blancos explosivos como los que encontrarás en este link. Al recibir el impacto de la bala generarán una pequeña detonación y desprenderán una nube de humo coloreado.
Ángulos escarpados y condiciones ventosas de tiro
Cuando disparamos por encima de nosotros o hacia abajo, la trayectoria de bala puede variar un poco más, así que debes tenerlo en cuenta a la hora de apuntar. Algunos visores ya te ayudan en esta tarea y te facilitan el punto sobre el que debes apuntar, algo que puede resultar sumamente útil.
Pero recuerda que los animales de caza mayor ofrecen un gran objetivo, y no debes estar pensando todo el tiempo en las correcciones que debes hacer, a menos que la distancia o el ángulo de tiro sean muy pronunciados.
El viento es algo diferente. Si la distancia es larga no puedes saber con exactitud qué efecto tendrá en la bala en el punto donde se encuentra el animal. Por tanto, si la distancia es muy elevada y no tienes forma de saber con exactitud el viento que hace en el punto donde debe impactar la munición será mejor que no tires.
Y aquí, una vez más, entra en juego la práctica. Debes ir al campo de tiro en días de viento para realizar tiros en estas condiciones y así aprender el comportamiento de tu munición, tu arma y tu óptica.
Tiro con rifle rápido
En algunas situaciones como monterías o batidas, a diferencia de los recechos, no tienes tiempo para pensar y colocar el disparo como te gustaría, sino que tienes que actuar rápidamente, y eso es lo que hace que el tiro sea más complicado. Aunque por otro lado si tienes demasiado tiempo para pensar el tiro –como cuando esperas a que un animal se levante– también tienes más posibilidades de fallar.
Tienes que tener cuidado, es mejor que se vaya la pieza a tener un accidente, que es lo que puede pasar si arriesgas un tiro en un puesto cerrado. Y ante todo, si vas a cazar en este tipo de terrenos, debes practicar –sí, una vez más-. Es tan importante tener la habilidad para acertar a 300 metros como ser capaz de disparar a 10 metros de forma segura y rápida.
Debes ser capaz de encararte el arma y apuntar automáticamente a la pieza, y eso a la vez que te incorporas o buscas la posición más cómoda para tu gusto. Este movimiento puedes practicarlo en tu casa sin necesidad de estar en el campo de tiro, así que encara y desencara –con el rifle siempre vacío y apuntando hacia un lugar seguro– lo más rápido que pueda.
Todo a la vez
Cuando practiques, tómatelo en serio. Imagina que estás cazando, y pon todo tu empeño en simular acciones reales: días lluviosos y ventosos, piezas que se alejan corriendo, animales que dan la cara a más de 250 metros…
Llévate al campo de tiro el trípode o vara donde te apoyes normalmente. Además debes posicionarte como lo harías en el campo: prueba a disparar tumbado, sentado, de rodillas…Y por supuesto, de pie. Sólo así serás capaz de enfrentarte a las más extrañas formas de disparo que se te presenten en un lance real en el monte.
Y por supuesto, mantente en forma o no podrás siquiera llegar al punto de disparo. No dejes que las piezas te ganen la partida por tener unos cuantos kilos de más. Y si tienes que parar a respirar, hazlo antes de llegar al punto donde el animal te pueda ver o darás al traste con el lance y todo el esfuerzo habrá sido en vano.