El último vídeo de Jaroslav Ebrofishing, un conocido pescador con casi un millón de seguidores en TikTok, ha generado un auténtico terremoto en redes sociales. En la secuencia se puede ver la potente lucha de un siluro de proporciones descomunales, cuya fuerza y tamaño han provocado una oleada de reacciones. La grabación ya supera los cuatro millones de visualizaciones.

Aunque no ha trascendido la ubicación exacta de la escena, todo apunta a que fue grabada en algún punto del río Ebro, uno de los cauces donde el siluro se ha asentado con mayor éxito desde su introducción en los años 70. En este ecosistema fluvial, el crecimiento sin control de este depredador está empezando a ser un problemón de primer nivel para los gestores medioambientales, los pescadores y los habitantes de la zona.

Un pez capaz de devorar hasta un perro

El tamaño de estos ejemplares no solo impresiona a los aficionados a la pesca. También preocupa. No son pocos los usuarios que, tras ver el vídeo, han recordado algunos de los casos más polémicos relacionados con esta especie invasora. Uno de los más conocidos tuvo lugar en Cáceres, cuando una vecina de Aldeanueva de la Vera aseguró que un siluro se había comido a su perro de raza fox terrier mientras se bañaba en el río Tiétar.

Aunque entonces el suceso generó controversia, lo cierto es que este depredador no tiene reparos a la hora de alimentarse. Su dieta puede incluir desde peces y aves acuáticas hasta pequeños mamíferos, y en contextos urbanos o rurales donde los animales domésticos acceden al agua, el riesgo no es menor.

El siluro no solo se caracteriza por su tamaño —puede superar los dos metros de longitud y los 100 kilos de peso—, sino también por su voracidad extrema. Esto lo convierte en una amenaza real para la biodiversidad de muchos ríos españoles.

Sevilla, el nuevo frente del siluro

El caso del Ebro es el más emblemático, pero no el único. En los últimos meses se han detectado ejemplares de siluro en el Guadalquivir, concretamente en zonas como la dársena de Sevilla, Alcalá del Río y la Rivera de Huelva. Tal y como adelantó Jara y Sedal, esta expansión ha generado un revuelo entre pescadores, ecologistas y científicos, que alertan del grave peligro que supone para el ecosistema del Bajo Guadalquivir.

Esta proliferación en aguas andaluzas pone en riesgo a especies endémicas y protegidas, como el fartet, el esturión o aves acuáticas que nidifican en las orillas del Guadalquivir.

Un fenómeno viral que pone el foco en un problema real

Mientras el vídeo de Jaroslav sigue acumulando reproducciones, compartidos y comentarios —algunos entre la admiración y otros con tono alarmista—, lo que está claro es que el impacto de este tipo de contenidos va más allá de lo anecdótico. Su viralidad ayuda a visibilizar un problema ambiental serio que afecta a los ecosistemas fluviales de buena parte de la península.

@jaroslav_ebrofishing #pesca #wedcarstvo #fishing #siluro #catfish #bigfish #monsterfish ♬ sonido original – Jaroslav ebrofishing

El siluro es hoy uno de los grandes desafíos de la gestión de especies invasoras en España. Aunque su pesca está permitida, y de hecho es una atracción turística en zonas como Mequinenza o Caspe, su presencia descontrolada puede tener consecuencias irreversibles.

Y mientras se debate qué hacer, los vídeos como este no dejan de recordarnos hasta dónde puede llegar el poder de un pez capaz de comerse un perro… y también un ecosistema entero.

Sobre el autor