La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica ha irrumpido por sorpresa en nuestros cotos afectando de manera importante a los cérvidos y al ganado bovino. Una vez más, los cazadores son los mejores aliados para abordar este problema desde primera fila y tratar de combatir su avance dentro de nuestras fronteras. Aquí te ofrecemos una serie de consejos para tratar de frenar su avance.

1. Avisa a las autoridades

Un punto clave en la gestión de la enfermedad es comunicar la presencia de cualquier animal sospechoso de estar enfermo. Es necesario recordar que, aunque la especie de entre las silvestres más afectada hasta el momento es el ciervo, también podríamos encontrar corzos o gamos afectados.

2. No pierdas el tiempo con insecticidas

El uso de insecticidas y repelentes para minimizar el riesgo de transmisión no es una medida asumible en poblaciones silvestres (sí es recomendable en ganado bovino), por lo que no tiene sentido aplicarla en nuestros cotos.

3. No elimines los puntos de agua

Tampoco es útil la desecación de charcas o bebederos para la gestión de esta patología porque la reproducción de los Culicoides no se encuentra asociada a estos puntos de agua, por lo que también es complicado actuar en ese sentido.

4. Olvídate de los antibióticos

El empleo de antibióticos tampoco es útil frente a esta enfermedad cuyo agente causal es un virus. Además, la aplicación de cualquier medicamento preventivo o curativo requiere de la presencia de un veterinario responsable de su receta y empleo si fuese de aplicación, por lo que nunca se debe suministrar ningún medicamento en el campo de forma generalizada.

5. Distribuye bien los puntos de agua y comida

Debemos replantear la gestión de nuestros cotos en el caso de que el acceso a los recursos se encuentre limitado. Los puntos de agua y alimento suplementario en épocas de escasez pueden ser críticos al provocar la concentración de animales, donde los vectores podrán transmitir la enfermedad más fácilmente entre enfermos y sanos. Por lo tanto una buena distribución y un número adecuado de estos puntos reducirá el riesgo.

6. Abate animales enfermos

La recogida de cadáveres no resulta una medida eficaz para el control de esta enfermedad pues, como la transmisión se realiza a través de la picadura de estos insectos, sólo se producirá entre animales vivos.

En este sentido, sí es conveniente, siempre que se disponga de los permisos necesarios, abatir los ejemplares con síntomas evidentes de la enfermedad. Por un lado les estaremos evitando un sufrimiento innecesario y, por otro lado, reduciremos la posibilidad de que los vectores puedan transmitir la enfermedad a otros animales sanos.

7. Limita el movimiento de animales desde zonas afectadas

Un aspecto importante a considerar es la limitación de movimientos de animales desde las zonas restringidas. Como hemos dicho también, existe la posibilidad de que haya animales con síntomas leves o, incluso, asintomáticos que, con su desplazamiento, puedan contribuir a la expansión de la enfermedad.

En todo caso, la capacidad de desplazamiento de los vectores es elevada, pudiendo existir focos a grandes distancias de los iniciales sin la necesidad de que se hayan trasladado animales, por lo que no debemos contribuir a difundir bulos o teóricas conspiranóicas.