La reciente ley animalista, aprobada por el Gobierno español y que no entrará en vigor hasta el próximo 29 de septiembre, ha colocado a Sergio García Torres en el centro de la actualidad. Este animalista, sin formación especializada, fue nombrado director general de Derechos de los Animales a dedo por Unidas Podemos, y ha sido el impulsor de este texto que tanta polémica y rechazo ha causado en todo el país.
Pero no solo será recordado por sacar adelante este texto legal netamente ideológico sin diálogo y con todos los sectores afectados en contra. También lo será por su falta de seriedad y compromiso con sus promesas. Ya se ha cumplido un año desde la celebración del I Congreso de Derecho de los Animales en el Colegio de Abogados de Madrid. En él, García Torres aseguró que dimitiría si los perros de caza quedaban excluidos de la ley animalista.
«Una ley estatal que excluya a los animales de actividad cinegética no va a salir de nuestro departamento. Antes de eso, yo lo digo públicamente, la ley se tumbaría y yo dimito», prometía.
Los perros de caza, excluidos de la ley animalista
Tan solo unos meses después, en febrero de este mismo año, el Congreso de los Diputados votaba para dejar fuera de esta ley a los perros de caza. La enmienda presentada por el PSOE fue aprobada por el hemiciclo.
Días antes, Unidas Podemos aseguraba que su formación no apoyaría la continuación de la normativa si excluía a los canes de los cazadores. Una vez llegado el momento, se olvidaron de lo prometido y votaron a favor.
Incumplieron su palabra, por lo tanto, como también hizo Sergio García Torres. El hecho de mantener fuera de la ley a los perros de caza supondría, según sus propias declaraciones, el abandono del cargo por el que percibe 86.108 euros anuales. Un sueldo público al que no ha renunciado.
La dimisión de Sergio García Torres nunca llegó
«Estaría encantado de dimitir mañana mismo y poder recuperar mi vida y no estar dentro de puntos de mira. Pero creo que todavía quedan muchas cosas que hacer y si yo tengo que dimitir, no me cabe ningún problema en hacerlo. De hecho, hay quien pensamos que la política es solamente un tiempo en el que hay que estar, la política institucional, y hay que volver a la vida lo antes posible». Estas eran las palabras que el director general de Derechos de los Animales del Gobierno pronunciaba después de que se conociera el acuerdo alcanzado entre PSOE, PP, Ciudadanos y Vox.
Tanta fue la repercusión que hasta PACMA pidió la retirada de la ley animalista y la dimisión de Torres: «Todavía es posible evitar el desastre. Unidas Podemos, como promotor del proyecto de Ley de Protección Animal, está a tiempo de retirarla antes de que sea definitivamente aprobada. ¿A qué esperan? Sergio García Torres, cumpla con su palabra y presente su dimisión».
Sin embargo, nada de eso ocurrió. A día de hoy, el director general sigue ocupando su cargo, en el que fue puesto a dedo por su colega Pablo Iglesias. Todo quedó en simples palabras incumplidas.
Sergio García Torres se explica y Twitter se le echa encima
Ahora, después de tantas meses, García Torres ha tratado de excusar su actitud públicamente: «¿Que dije que iba a dimitir si no conseguíamos incluir a los perros de caza? Sí. En lo personal os digo que sería absolutamente feliz, y mi familia más, si yo dimitiera».
«Pero pensé: Tenemos que terminar esto, tenemos que hacer el reglamento de esta ley y poner en marcha otra serie de cuestiones», ha añadido para intentar justificarse, sin ahondar mucho más en el tema. Lejos de conseguir el gran éxito que Torres esperaba con su discurso, Twitter se ha incendiado en su contra.
«Durante el proceso estuvo extrañamente calladito y no veo por ningún lado que haya dimitido. No sé, no me cuadra nada». «Más bien pensaste: ‘¿Dónde voy a ganar yo la pasta que trinco aquí? La palabra es algo que tiene más validez que un contrato, dijiste que te ibas y ahí sigues. Esa es tu credibilidad». «Si él no dimite no se hace nada, ¿verdad? Prepotencia, cinismo y mentira en una excusa lamentable».
Estos tan solo son algunos de los muchos comentarios que los usuarios de esta red social han dejado en la publicación compartida por Aïda Gascón. A la vista está que ni siquiera son conscientes de la impopularidad y y el desprecio que genera cada una de sus palabras en una sociedad a la que nunca le han convencido sus mentiras.