El joven cazador de 31 años Omar Ceballos ha cazado uno de los grandes trofeos de la temporada cinegética 2022-2023 en nuestro país: un viejo sarrio que escondía una emblemática piedra bezoar en su interior. Tal y como el cazador ha dado a conocer a través de su cuenta de Instagram, el animal era un ejemplar de veinte años de edad que ha conseguido cazar en Los Pirineos.
Desde la antigüedad, el bezoar se consideró como un objeto muy valioso por distintas sociedades. Incluso se llegó a creer que tenía propiedades curativas, especialmente como antídoto a los venenos ya que, en casos de intoxicaciones graves, la piedra bezoar era molida en un mortero y diluida en vino como tratamiento.
El bezoar es una piedra que pueden tener los viejos ejemplares de sarrio, rebeco e incluso corzo -como el cérvido que fue protagonista en este medio el pasado mes de mayo– en su estómago.
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Los bezoares, acumulaciones de sustancias no digeribles
La palabra bezoar viene del persa pâdzahr, que significa «contraveneno» o «antídoto». En realidad, estas piedras son acumulaciones de sustancias no digeribles que se encuentran en estómagos o intestinos de animales como rebecos, íbices y en cérvidos.
Las piedras más interesantes son las que empiezan por materiales como arena y piedras y con el tiempo se van formando capas de calcio en su superficie, a semejanza de las perlas de las ostras, llamadas piedras bezoar o gemas bezoares por su belleza, como es este caso, y son consideradas piedras semipreciosas por algunas sociedades desde siglos atrás.
Las piedras bezoares han aparecido a lo largo de la historia en obras de la literatura decimonónica del escritor y dramaturgo irlandés Oscar Wilde o en películas de ficción como Harry Potter.