El programa de televisión´En el punto de mira´de Cuatro dedicará hoy su emisión al abandono y tráfico de galgos. El colectivo galguero celebra que una televisión pública aborde uno de los problemas que llevan años denunciando.
25/4/2017 | Redacción JyS

robo y maltrato de galgos
Uno de los detenidos increpa a los agentes de la Policía cuando intentan llevarlo detenido. / Cuatro.

Esta noche a las 22:40 el programa ‘En el punto de mira’ de la cadena Cuatro dedicará su espacio a uno de los temas que más han sido denunciados desde hace años por el colectivo cinegético: el robo y maltrato de galgos. Sus cámaras se adentrarán en la Cañada Real Galiana de Madrid, uno de los puntos donde se concentra la mafia de los galgos en nuestro país, para analizar dónde van los galgos robados, en qué condiciones viven y cómo son incautados.
El documental también habla de la cifra de los 100.000 perros de caza abandonados al año que desmontó la revista Jara y Sedal en su edición de febrero, donde la presidenta de la Federación de Asociaciones de Protectoras Animales reconoció que se trataba de una cifra inventada.
En el vídeo promocional afirman que el galgo es la raza más maltratada, sin embargo esos datos no corresponden con los arrojados anualmente por el Seprona que recogimos en nuestro reportaje sobre las protectoras en España. Las imágenes del estado de los perros ‘cazadores’ han sido grabadas en lugares insalubres donde el concepto del entorno del atleta puede ser malinterpretado dando una visión negativa a todo lo relacionado con la caza con este animal.
En su web afirman que “existen mafias organizadas que los roban, los explotan y cuando ya no les sirven los abandonan o directamente los matan”. Melisa Vara, experta en galgos de la Revista Jara y Sedal, asegura: «Me parece muy positivo que el programa ponga el foco en este tema, algo que los aficionados al mundo del galgo llevamos años denunciando ya que por culpa de esta minoría dedicada a actividades delictivas se está criminalizando a todo un sector de cazadores que, obviamente, ni vivimos en la Cañada Real, ni nos dedicamos a delinquir, ni mucho menos a maltratar o matar a nuestros fieles compañeros».