El presidente de la Real Federación Española de Caza, Manuel Gallardo y el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, han participado en la concentración que ha organizado la asociación Amigos de Monfragüe para defender el Parque Nacional y reivindicar las actividades tradicionales como la caza.

Durante el acto, celebrado en la pedanía de Villareal de San Carlos (Cáceres), más de 300 personas han reclamado junto a las entidades federativas la correcta aplicación de la Ley de Parques Nacionales para que se primen los aprovechamientos tradicionales como la caza, la pesca, la saca del corcho o la leña, ya que estas actividades sostenibles son la mejor herramienta de conservación de un espacio protegido.

En este sentido, los presidentes de la RFEC y FEDEXCAZA han reivindicado «un parque de todos y para todos» con la caza, la agricultura y la ganadería «como la mejor receta para Monfragüe». Tal y como se ha recordado durante el acto, los primeros nómadas que llegaron al Parque fueron cazadores atraídos por la gran riqueza de especies cinegéticas, lo que convierte a esta actividad en uno de los principales valores que ha esculpido la fisonomía del Parque Nacional.

Piden la modificación de la Ley 30/2014

Las entidades federativas han reclamado nuevamente la modificación de la Ley 30/2014, de 3 de diciembre, de Parques Nacionales, para evitar que se repitan situaciones como la matanza de 40 animales de caza mayor que llevó a cabo la empresa pública TRAGSA, en plena parada biológica de cría y reproducción de especies protegidas y cinegéticas, y por la que se presentó una denuncia ante la Sección de Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía General del Estado.

Desde la RFEC y FEDEXCAZA se recuerda que, ante el crecimiento exponencial de ungulados, no es lógico que se prohíban controles poblacionales a partir de acciones cinegéticas y al tiempo se produzcan matanzas de animales a través de empresas públicas con el coste que supone para las arcas del Estado. Además, esta prohibición supone un empobrecimiento ecológico, económico y social de los pueblos y zonas del entorno de las zonas protegidas, con lo que se demuestra que “no cazar en Monfragüe y en el resto de Parques Nacionales no puede ser una opción”.

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