Como todo en la vida, el mundo rural cuenta con sus propias costumbres y trucos para sus labores y quienes no se dedican a él es muy difícil que sean conocedores de todos ellos. Sin embargo, ahora con las redes sociales es mucho más sencillo adquirir este tipo de conocimientos y así lo vemos ahora en el siguiente vídeo, en el que unos agricultores explican el motivo por el que entierran peces en el campo.
En concreto, las imágenes a las que nos estamos refiriendo han sido compartidas a través del perfil de Instagram de @roccohistoria, que cuenta con cerca de 350.000 seguidores a los que tiene acostumbrados a un contenido relacionado con el mundo natural y con el medio ambiente en el que vivimos.
Peces en los cultivos
De este modo, han empezado asegurando a los usuarios de esta red social que usar «peces como fertilizante» es un «truco natural para cultivos más fuertes». En primer lugar, en este sentido es importante tener en cuenta que abonar la tierra es una práctica muy importante en el sector agrícola.
Esto es así porque las plantas necesitan una serie de nutrientes para poder desarrollarse bien, florecer en cantidad y con calidad, dar buenos frutos y sobrevivir a sequías y heladas. Por ello se utilizan los fertilizantes.
Sin embargo, no muchas veces hemos visto que los agricultores utilicen peces, enterrados en la tierra, como forma de abonar sus cultivos. A pesar de ello, en este vídeo vamos a poder descubrir el motivo por el que algunos de ellos hacen uso de este curioso método.
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Tal y como dejan claro en dicho vídeo, «los peces son una fuente rica en nutrientes para las plantas, así que este hombre lo puso a prueba». Para ello, enterró un pez en un lado de una maceta y dejó el otro lado sin nada para comparar la tasa de crecimiento en el lado con el pez.
Al utilizar el pez como un fertilizante natural, la planta va aprovechando sus nutrientes mientras se descompone en el suelo. Esta se va beneficiando del fósforo y el potasio necesario para su crecimiento mientras ese pez los va liberando de forma lenta y continua, alimentando sus raíces y favoreciendo su desarrollo.
Los resultados obtenidos por este agricultor demuestran que, en el lado de la maceta en el que ha enterrado el pez, la planta crece más verde, con hojas más grandes y raíces más robustas. «Mientras tanto, el lado sin pez mostró un crecimiento más lento y menos vigoroso», han explicado.