Recientemente, desde la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha han detectado el que podría ser un brote de triquinosis en la provincia de Ciudad Real. Por el momento, este ya ha afectado a 12 personas del mismo núcleo familiar y lo han relacionado con la ingesta de carne de un jabalí que había sido cazado para autoconsumo.
En este contexto, es importante conocer esta enfermedad y cómo podríamos evitar padecerla. Lo primero que debemos saber es que la triquinosis o triquinelosis es una enfermedad parasitaria de origen zoonótico que afecta a mamíferos silvestres y domésticos, en los que se incluyen los seres humanos.
Origen, especies y casos

En lo que respecta a su origen, cabe decir que da lugar a una infección con gusanos nematodos parásitos del género Trichinella. En nuestro país, esta es considerada como una patología de declaración obligatoria, por lo que se debe comunicar de manera inmediata a la autoridade competente.
Haciendo caso a la legislación de la Unión Europea, esta fija normas especiales para el control de la triquinosis, entre las que incluyen el requisito de llevar a cabo pruebas sistemáticas para detectar Trichinella en todos los cerdos, jabalíes y caballos sacrificados. La excepción a ello son los cerdos procedentes de explotaciones o compartimentos oficialmente reconocidos por aplicar condiciones de alojamiento controladas.
Lo cierto es que hay hasta ocho especies de este tipo de parásito confirmadas que infectan a los humanos. En España, los principales que están presentes son Trichinella spiralis y Trichinella britovi, pero en ocasiones también ha sido detectada la circulación de Trichinella pseudospiralis.
En la actualidad, las estimaciones de prevalencia global realizadas más recientemente apuntan que entre 10 y 11 millones de humanos podrían estar infectados de triquinosis, debido al consumo de fuentes animales tanto salvajes como domésticas. Anualmente, en total se registran en torno a 10.000 casos de la enfermedad alrededor de todo el mundo.
Cómo se contagia la enfermedad

La forma en la que los humanos contraen la enfermedad es al ingerir carne cruda o poco cocina infectada con larvas, más habitual en carne de cerdo doméstico o jabalí. A pesar de ello, otros mamíferos como gatos, perros, osos, caballos, lobos, ratas o zorros, entre otros, también pueden ser huéspedes de Trichinella.
Su transmisión puede darse por ciclos domésticos o selváticos. En el primer caso, esto se produce cuando el ganado es alimentado con restos de carne infectada, consume cadáveres infectados o es criado en lugares con animales infectados, como pueden ser las ratas y los mustélidos.
En el segundo, el más común en España, las infecciones se transmiten entre los huéspedes por el consumo de tejidos musculares infectados. Es por ello que resulta tan importante realizar los análisis pertinentes previos a consumir carne de caza, especialmente la de jabalí.
Sus síntomas
Hablando ahora de los síntomas que presenta esta enfermedad, la realidad es que dependen de la etapa infectiva. En un primer momento, durante la conocida como fase enteral o intestinal, se manifiesta con diarrea transitoria leve y náuseas, vómitos, dolor abdominal superior, febrícula y malestar general. Estos empiezan a aparecer uno o dos días después de la ingesta de carne infectada.
Tras esto, entre dos y seis semanas más tarde, los síntomas intestinales desaparecen, dejando paso a los de la etapa parenteral o músculo esquelético. Por su parte, las hembras maduras liberan larvas a lo largo de entre cuatro y seis semanas y, posteriormente, mueren o son expulsadas del cuerpo.
Dichas larvas recién nacidas van migrando por el torrente sanguíneo y los vasos linfáticos, aunque solo sobreviven dentro de las células musculares esqueléticas estriadas, en las que se enquistan al cabo de entre uno y dos meses y permanecen durante varios años como parásitos intracelulares.
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Una vez se terminan los síntomas iniciales, comienzan a aparecer otros adicionales como edema periorbitario o facial, mialga difusa, cansancio persistente, dolor en los músculos respiratorios, problemas en el habla, la masticación y la deglución y un estado similar a la parálisis. Cuando las infecciones son graves, puede llevar a provocar complicaciones cardiacas, pulmonares y neurológicas.
Formas de prevenir la triquinosis
Para terminar, es importante también que conozcamos el modo de evitar contraer esta enfermedad. Algunos países están exigiendo que los cerdos y los caballos que se venden como animales destinados al consumo humano se sometan a pruebas de detección de infección por Trichinella.
Asimismo, algo a tener en cuenta es que no se debe consumir carne de caza, en especial de jabalí, que no se haya analizado previamente. Es útil también evitar que los cerdos domésticos coman carne cruda, sobras o cadáveres de cualquier animal.
Igual de relevante es lavarse las manos con agua y jabón tras manipular carne cruda, además de limpiar meticulosamente los utensilios que se han utilizado para prepararla. De igual modo, tenemos que ser conscientes de que la salazón, el ahumado, el empleo del microondas y la desecación no sirven para eliminar el parásito. En el caso de la congelación, esta tampoco se recomienda para la carne de animales salvajes puesto que puede contener especies del parásito resistentes a las bajas temperaturas.
Por lo tanto, el correcto cocinado de la carne resulta esencial para evitar el contagio de la triquinosis ya que su cocción a temperaturas uniformes superiores a los 71º C mata a las larvas de Trichinella.