Dos ex altos cargos de la Guardia Civil de Málaga han sido procesados por una presunta trama de tráfico de armas, según avanza Málaga Hoy. Los agentes habrían sacado armas cuyo destino era la inutilización o el achatarramiento y las habrían introducido en el mercado negro pasa su posterior distribución. Algunas de ellas han sido halladas a lo largo del territorio nacional en disposición de disparar, ya que nunca fueron inhabilitadas ni tan siquiera convertidas en chatarra.
Esta trama habría sido liderada por un ex alto mando de la Guardia Civil de la Comandancia de Málaga, según informa el citado medio. Entre sus funciones, se encontraba la de firmar y certificar la inutilización de estas armas, que llevaba a la práctica una armería. Además, era el encargado de firmar las actas de achatarramiento, es decir, aquellas que eran fundidas y destruidas.
Así, según la investigación a la que ha tenido acceso el citado medio, habría desviado armas de los lotes destinados a achatarramiento para grabarlas por segunda vez como si estuvieran inhabilitadas cuando, por el contrario, se encontraban en perfecto estado de uso. Pero este ex mando no actuaba solo, sino que se valía supuestamente de más de una decena de personas.
De esta manera, habría indicios de que el modus operandi que empleaban era el de certificar presuntamente como inutilizadas la totalidad de las armas destinadas a tal efecto, pese a que una parte continuasen intactas. Luego las armas eran supuestamente puestas a disposición de terceros, quienes se encargaban de introducirlas en el mercado negro para distribuirlas en distintos puntos de la geografía
Un ciudadano se suicidó con un arma que constaba como destruida
Por otro lado, el citado medio expone que un ciudadano estonio se suicidó en Torremolinos con un arma que constaba en su acta como destruida desde 2002, pero que en el Sistema de Gestión de Armas y Explosivos (SGAE) figuraba como ‘inutilizada’ desde 2005 por un certificado emitido por el exjefe de la IAE y, además, estaba a nombre de la pareja de éste.
