La inflación acaba de cerrar el mes de septiembre casi en un 9%. Esto significa que los precios se han disparado y cada vez tenemos que desembolsar más dinero para adquirir un mismo producto. Sin duda se trata de uno de los peores años para los consumidores, que hemos visto cómo el precio de todo lo que compramos ha aumentado. Y los artículos relacionados con la caza no están al margen de esta subida.

Cualquiera que haya ido a la armería este año para equiparse de cara a la nueva temporada de caza habrá notado que todo está más caro, incluido un producto ‘básico’ para la actividad como son los cartuchos de caza. ¿Pero, cuánto ha aumentado su precio?

Un incremento de entre el 6 y el 15%

Según Pedro Morrás, secretario de la Federación Sectorial Armera (FSA), la munición de caza menor se ha encarecido «entre un 6 y un 15% con respecto a diciembre de 2021». El experto asegura a Jara y Sedal que esto se debe «al incremento del precio de todos los componente que forman el cartucho: la nitrocelulosa de la pólvora, los polímeros plásticos de vainas y tacos o el latón y el plomo». Esto se debe, entre otras razones, a que en el mercado «hay escasez de materias primas» que han hecho que el consumidor conozca la cara más dura de la ley de la oferta y la demanda. Además, Morrás recuerda que los costes de producción también son superiores debido al desorbitado precio de la luz, clave para el funcionamiento de las máquinas cargadoras.

Todo esto acaba repercutiendo en el comprador. Según Ángel Carril, propietario de tres armerías en Salamanca y Cáceres, «el precio medio de una caja de cartuchos de 34 gramos estaba el año pasado en 7,3 euros. Este año cuestan 8». Esto supone un aumento de casi un 10%, en consonancia con lo expuesto desde la FSA. A todo esto hay que sumar el encarecimiento del resto de artículos y el elevado precio de los combustibles, que harán que ir de caza este año sea más caro que nunca.