Existen tres tipos de tórtolas en España: la tórtola común (Streptopelia turtur), la tórtola turca (Streptopelia decaocto) y la tórtola senegalesa (Spilopelia senegalensis). La tercera de ellas se reproduce en las Islas Canarias desde hace años y también se ha visto en el sur de la península, pero todavía se la considera una especie rara.
La tórtola turca es una especie sobre la que se han hecho un gran número de conjeturas sobre su llegada a España, pero las evidencias científicas apuntan a que llegó de forma natural al norte peninsular en los años 1960, expandiéndose después al resto del territorio de forma expansiva. Esto, lo de la expansión, es una de las características de la especie, que ha colonizado otras partes del mundo con gran facilidad, es decir que no la han soltado.
Una característica que la define es su preferencia por los hábitats urbanos y periurbanos, siendo muy abundante en explotaciones agrarias en las que aprovecha el abundante alimento de origen humano. La turca no es especie cinegética, como tampoco lo es la senegalesa, de reciente aparición en España –años 90–.
¿Existe competición con la tórtola común?
Los estudios realizados hasta la fecha confirman que no existe competición entre las tórtolas europea y turca; más bien, crían en hábitats distintos. Las observaciones de peleas en comederos y otras zonas de alimentación que muchos hemos visto, son competición por el alimento en un sitio concreto, pero esto sucede entre otras muchas especies que sí crían dentro de hábitats parecidos.
La turca no es cinegética, dado que tiempo atrás no fue categorizada como tal dentro de los anexos de la normativa europea. Pese a los intentos que varias entidades han realizado en Bruselas, no se espera que haya algún cambio en sus estatus a corto plazo. En algunas comunidades autónomas pueden solicitarse permisos para su control por daños, principalmente en las explotaciones agrarias donde suelen darse estos permisos para su control.
¿Cuántas tórtolas turcas hay en España?
En el caso de la tórtola turca se ha estimado una población entre ocho y catorce millones de parejas para Europa y en España existirían unos tres millones, con una clara tendencia al incremento de su abundancia, que parece no tener fin y que se hace muy acusada en las ciudades y entornos agrícolas, que también han sido conquistados por la especie.