La planta fotovoltaica proyectada en el municipio malagueño de Almargen se sitúa en una zona «altamente sensible» para la conservación de las aves esteparias al encontrase en una «ubicación comprometida», según la Guía metodológica para la valoración de las instalaciones solares sobre especies de avifauna esteparia, elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
La guía, publicada por el Área de Acciones de Conservación de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina del MITECO, confecciona un mapa que muestra el área de distribución de las especies esteparias que se encuentran en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESRPE), cuando un proyecto se encuentra dentro de una de ellas, como el caso de Almargen, o a menos de 500 metros de distancia, se considera en una ubicación comprometida.
De llevarse a cabo, la instalación provocaría una pérdida de hábitat para especies como el sisón o el aguilucho cenizo, incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA) como en peligro de extinción y vulnerable respectivamente.
A pesar de que el informe de la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Málaga afirma que no hay constancia de presencia de sisón, en respuesta a las alegaciones recibidas, sí reconoce que existen registros de sisón en invernada a tan solo 3,8 km de distancia del proyecto. Además, el Inventario Español de Especies Terrestres señala que la especie está presente y a esto se une que el proyecto se encuentra en una zona óptima de nidificación del aguilucho cenizo.
De hecho, técnicos de Fundación Artemisan, en el marco de los censos del proyecto de recuperación de perdiz roja RUFA, han observado nidos y varios ejemplares de aguilucho cenizo en sus zonas de campeo, a lo que se suma que, según el portal de biodiversidad GBIF, también se han podido encontrar la presencia de calandria, incluida en el LESRPE.
La construcción de la planta fotovoltaica produciría una pérdida de hábitat para todas estas especies, entre otras, en un área que, además, cuenta ya con un parque eólico que supone un gran riesgo de colisión para las aves, por lo que la afección aumentaría significativamente.
El final del proyecto RUFA en Almargen
Asimismo, su ubicación en la zona supondría el final del proyecto RUFA, que lleva desarrollándose desde el año 2019 con el objetivo de recuperar las poblaciones silvestres de perdiz roja, y que cuenta en la actualidad con un convenio con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para su desarrollo hasta el año 2025.
RUFA se desarrolla en siete cotos demostrativos de España, siendo el de Almargen uno de ellos, y contempla la puesta en marcha de medidas de mejora de hábitat, control de depredación y molestias, suplementación de agua y alimento y monitorización de la especie para evaluar sus tendencias poblaciones año tras año, algo que imposibilitaría la construcción de la planta que, además, acabaría con todo el trabajo realizado hasta la fecha.
Por todo ello, tanto Fundación Artemisan como la Federación Andaluza de Caza han presentado alegaciones al proyecto e instan a la Junta de Andalucía a replantearse la ubicación de la planta fotovoltaica en otra zona que no ponga en riesgo la biodiversidad y la supervivencia de especies que se encuentran incluso en peligro de extinción.