La Guardia Civil ha abierto una investigación a dos vecinos de Cangas del Narcea, de 58 y 63 años, por un presunto delito contra la flora y la fauna. Los hombres fueron sorprendidos el pasado 25 de agosto, cuando viajaban por una carretera de la localidad a las cuatro de la madrugada, con una bolsa con 215 truchas y varios utensilios para realizar la pesca eléctrica, una práctica ilegal en España.

Los agentes sospecharon de la actitud nerviosa y evasiva de los ocupantes del vehículo, y procedieron a identificarlos y a registrarlos. En el maletero hallaron una batería de coche, un dispositivo de inversión de corriente, una sacadera, una báscula de precisión, linternas y vadeadores, todo ello mojado y lleno de barro. También encontraron las truchas, de diferentes tamaños y pesos.

La pesca eléctrica consiste en generar un campo eléctrico en el agua, que paraliza a los peces y facilita su captura con redes. Es una técnica no permitida, que solo se puede usar para estudios o traslados de ejemplares. La Guardia Civil ha remitido las diligencias al Juzgado de Instrucción número 1 de Cangas del Narcea, y ha formulado varias denuncias administrativas a la Ley de Pesca 6/2002.