Los jabalíes han causado estragos en una finca agrícola de Salem (Valencia) donde han destrozado más de 50 plantones jóvenes de melocotones de una variedad protegida. El propietario del campo, Eduardo Santamaria, ha denunciado que los animales han arrancado de raíz la mitad de los árboles que había plantado, con un coste de 4.000 euros por hectárea en derechos de canon, más los gastos de las plantas y la mano de obra. Además, los jabalíes han hozado el terreno y han roto las gomas de goteo necesarias para el riego eficiente del cultivo.
El agricultor ha grabado un vídeo donde muestra los destrozos cada vez más impactantes que ocasiona la fauna salvaje, y el jabalí especialmente, en la agricultura valenciana. El vídeo ha sido publicado Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) en su perfil oficial de YouTube.
«No es puntual sino que la superpoblación sin control de fauna salvaje genera un problema cada vez más generalizado desde el punto de vista agrario, pero también ambiental y social. Además de los perjuicios directos en el campo, estos animales transmiten enfermedades (gripe aviar, sarna, peste porcina africana, etc.), causan destrozos en núcleos urbanos, provocan accidentes de tráfico y atacan a personas», han advertido.
AVA-ASAJA exige medidas contundentes para controlar la población de jabalíes
Por ello, la organización presidida por Cristóbal Aguado urge a todas las administraciones a poner en marcha medidas contundentes para atajar este exceso de fauna silvestre y compensar los daños que sufren los afectados. Entre las propuestas de AVA-ASAJA se encuentran la ampliación de los periodos y modalidades de caza, la autorización de batidas de emergencia, la creación de un fondo de indemnización y la colaboración entre los diferentes departamentos implicados.
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Cuando Eduardo Santamaria llegó a su campo de melocotones no se podía creer los daños que habían causado los jabalíes a su explotación: «Nunca había visto algo así, esto ya es el colmo. Una manada que imagino superará los 30 o 40 animales han roído, tumbado y arrancado la mitad de los árboles plantados. Tenían una protección para evitar los ataques de los conejos, pero no han servido de nada ante un animal mucho más corpulento como es el jabalí. He hecho una fuerte inversión para tratar de cultivar una variedad que puede dar un valor añadido en el mercado y ahora, por culpa de la inacción política frente a la fauna salvaje, todo el esfuerzo ha sido en vano. No hay derecho. O se toman cartas en el asunto o la superficie agraria dejada de cultivar seguirá multiplicándose».