Hace apenas unas semanas, en este medio nos hacíamos eco del ejemplar de pez que consiguió capturar un pescador en el embalse de Santa Teresa, ubicado en la provincia de Salamanca. Se trata de una zona tradicional de baño en la que no tenían conocimiento de la presencia de este animal que, incluso, podría ser capaz de devorar a un perro.

Ahora vamos a hablar más en profundidad de él, pero no sin antes recordar, además de ese caso en Salamanca, otro del que también informamos en Jara y Sedal y que deja constancia de la voracidad de esta especie.

Nos estamos refiriendo, en concreto, al siluro. Hace unos años, en agosto de 2018, un ejemplar adulto se comió a un fox terrier en el río Tiétar, en Cáceres. Además, este pez de enormes dimensiones también se alimenta de otros animales como las palomas, así como de otras aves y pequeños mamíferos.

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Siluro en una imagen de archivo. © Shutterstock

El siluro (Silurus glanis) es una especie invasora que ha encontrado un hábitat favorable en varias cuencas fluviales de España, como las del Ebro, Tajo, Duero y Guadiana. Originario de Europa del Este, este pez de agua dulce es conocido por su gran tamaño y su capacidad para adaptarse a diferentes entornos acuáticos.

Este gran pez puede alcanzar longitudes de más de dos metros y pesar más de 100 kilogramos, aunque se han registrado ejemplares que superan los tres metros y los 200 kilogramos. Su cuerpo es alargado y desprovisto de escamas, cubierto por una capa de mucosa que le da un aspecto resbaladizo. Una de sus características más distintivas son los barbillones peribucales, similares a un bigote, que utiliza para detectar presas en aguas turbias.

Este pez es un depredador voraz y oportunista, con una dieta que incluye desde plancton hasta otros peces, anfibios, aves y pequeños mamíferos. Su presencia en los ríos españoles ha alterado significativamente los ecosistemas locales, desplazando a especies autóctonas y afectando negativamente la biodiversidad.

El siluro también es conocido por su longevidad, pudiendo vivir hasta 30 años, y su alta fecundidad, con hembras capaces de producir hasta 3.,000 huevos por kilogramo de peso corporal.

Un pescador junto a un gran siluro.

Prohibido devolverlo al agua

Lo cierto es que su presencia en diversas partes del país ya está siendo tan habitual que, incluso, está llevando a invadir, como hemos visto, zonas de baño y de pesca en España. Por ello, algunas comunidades autónomas ya han tomado medidas al respecto, como es el caso de Castilla y León, donde han confeccionado un plan de control del siluro.

En él, entre otros aspectos, establecen las condiciones de captura, transporte y eliminación de ejemplares. De tal modo, el texto indica que «las personas autorizadas deberán anotar las capturas de todos los ejemplares de siluro y de otras especies exóticas invasoras en la ficha de control habilitada al efecto».


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«Los siluros y otros ejemplares de especies exóticas invasoras deberán ser sacrificados, no pudiendo devolverse a las aguas. Las resoluciones de los jefes de servicio territorial con competencias en pesca concretarán estas condiciones», continúa concretando el documento.

Asimismo, dicho plan también concreta, respecto a las capturas de ejemplares de especies distintas al siluro y otras especies exóticas invasoras, que estos sí deberán ser «devueltos a las aguas de las que proceden procurando en su manejo ocasionarles el menor daño posible».