Los cazadores que apostaron por el jabalí tras la disminución de las piezas de menor en sus cotos podrían ver peligrar su modalidad preferida. 
1/10/2018 | Redacción JyS

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Jabalíes. / Shutterstock

La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad vírica hemorrágica que fue descubierta por primera vez en Kenia en 1910. Su virulencia amenaza a pasos agigantados a toda Europa ya que, tal como avisó el año pasado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), «podría poner en peligro la población de suidos». 
Los síntomas de esta peste están perfectamente reconocidos: fiebre alta, enrojecimiento de la piel (puntas de las orejas, cola, extremidades distales, pecho o abdomen), disminución del apetito, falta de coordinación en la movilidad y vómitos o diarrea. La tasa de mortalidad es prácticamente del 100% y suele producirse entre los 6 y los 20 días después del contagio.
La ‘Asforce’ recuerda que puede transmitirse mediante el contacto directo entre animales enfermos y sanos o indirectamente si el animal se alimenta de restos de productos infectados o a través de vectores biológicos como garrapatas blandas u objetos contaminados -como vehículos o calzado-. No hay cura para tal enfermedad por lo que la prevención es la mejor medicina.
En España la peste porcina fue detectada en 1960, hasta donde llegó procedente de Portugal. Desde aquel momento, los ganaderos españoles soportaron un cierre drástico de fronteras para la exportación tanto de animales vivos como de carnes y productos derivados del cerdo. El virus tardó 35 años en erradicarse. En el momento del ingreso de España en la Unión Europea, en 1986, la peste porcina fue uno de los principales obstáculos para la integración del sector.

¿Peligra la caza?

En los últimos años ha habido un incremento de las licencias de armas largas rayadas en nuestro país. La disminución de la densidad de piezas de caza menor unido a la exponencial propagación del jabalí han provocado que numerosos cazadores hayan cambiado la escopeta por el rifle. Concretamente, estos últimos han aumentado en España más de un 225% desde el año 2000. El jabalí ha sido el principal culpable al colonizar casi todos los rincones de nuestra geografía convirtiéndolo en una pieza clave y de fácil acceso para los cazadores.
Por este motivo, si la peste porcina africana llegase a infectar a los jabalíes españoles supondría un grave azote a la afición cinegética puesto que volvería a repetirse lo ya sufrido con la mixomatosis del conejo, la sarna de la cabra montés o la «moscarda de las narices» que diezma las poblaciones de corzo.

La industria cárnica teme a la Peste Porcina

La preocupación de la industria cárnica es lógica si se tiene en cuenta que el valor de la producción final de porcino ronda los 7.000 millones de euros al año en España y que representa el 36,8 y el 14,4% de la producción final ganadera y agraria, respectivamente.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) emitió un informe hace dos meses en el que indicada que el riesgo de PPA en España es «moderado» pero «en aumento». También indicaba que el jabalí era el «elemento fundamental en el mantenimiento y difusión» de esta enfermedad.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, envió ayer un mensaje de tranquilidad sobre la peste porcina africana y aseguró que no hay ningún caso en España. Planas también anunció la próxima reunión con la Mesa Nacional de la Caza para pedir a los cazadores colaboración a la hora de identificar posibles irregularidades, especialmente, con los jabalíes.

De momento, la presencia de la enfermedad es ya una realidad en Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Bulgaria y en otros países fuera de la Unión Europea como Ucrania, Bielorrusia, Rusia o China. Si no queremos que la peste porcina africana afecte nuestros sectores cinegético y ganadero, amén del perjuicio económico que supondría su aparición en nuestras fronteras, España tendrá que prevenir por todos los medios su suma a esta lista. Esperamos que así sea. 

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