El pescador granadino José David González jamás pensó que empezaría el nuevo año a lo grande. Pero lo hizo. El pasado día 1 de enero decidió ‘sacrificar’ el descanso del Día de Año Nuevo para irse a pescar desde las 6:00 de la mañana hasta el atardecer a una playa de la provincia de Almería. ¿Su objetivo? Encontrar una raya tigre de ensueño (Pteromylaeus bovinus). Y lo consiguió.
Ahora, ha narrado a Jara y Sedal los detalles de una picada que jamás olvidará. La captura se produce justo en unas semanas muy duras para él, después de la pérdida de su padre, también aficionado a la pesca en el mar: «Él ahora me acompaña de pesca y me da estas sorpresas», señala.
«Aquel día, un amigo al que estoy iniciando en el mundo de la pesca y yo decidimos madrugar para que nos pillase el amanecer en la playa, pero al llegar, nos encontramos con un gran oleaje, por lo que tuvimos que buscar una cala que evitase esas olas y, tras una hora en su busca, finalmente dimos con ella», explica González.
Una sepia fresca como cebo para hacerse con la monstruosa raya tigre
José David eligió una sepia fresca para hacerse con la monstruosa raya tigre: «Utilicé un bajo de línea de 0,80mm y tres poteras con la sepia. Solamente quedaba que las olas respetasen y disfrutar del día…», explica. Pasaba la mañana y las picadas no aparecían, pero la esperanza seguía indemne en el joven: «Yo lo que quería era que mi amigo también se quedase contento, que no se desilusione con la pesca en la que está empezando», recuerda González.
Tras la comida, y a las 16:00 horas de la tarde aproximadamente, su amigo sintió la picada: «Me dijo que estaban tirando de la caña y ésta se dobló como si fuese el Arco del Triunfo. Daba prácticamente en la arena y ni siquiera podía desencajarla del pincho», comenta aún con la emoción a flor de piel. «Cogí el carrete, le puse el freno al máximo e intenté darle la vuelta al pescado, algo que conseguí a los 10 minutos. Tras ello, la lucha duró unos 45 minutos, algo breve para el peso que tenía y para la pelea que suelen dar estos ejemplares de raya», señala.
Al sacar la raya tigre, la seguridad fue la máxima del joven
Al sacarla, no se lo creía: «Lo primero que hice fue sorprenderme y alegrarme por mi amigo, que había vivido conmigo una gran picada. Lo segundo, fue pensar en la seguridad, ya que este tipo de rayas son muy peligrosas, porque tienen la cola con dientes de sierra con veneno que, si te rozan, puedes tener un serio problema», asegura González. Esta raya tigre «tenía un látigo de dos metros aproximadamente», describe. A continuación te mostramos el vídeo de su liberación.