El pescador Duan Dalmau Soria, de la localidad de La Torre de l`Espanyol, capturó, el pasado fin de semana, un enorme siluro albino en aguas del bajo Ebro a su paso por Ribarroja, en la provincia de Tarragona, en una picada que le mantuvo durante dos horas en una ardua batalla sobre su pato para lograr sacar a la superficie al enorme depredador. Finalmente, logró ganarle la pugna al siluro de color blanco y hacerse con él.

El pescador, con el que ha hablado Jara y Sedal, explica que se hizo con él mientras pescaba a spinning con una rapala que recogía a unos siete metros de profundidad. A media tarde aproximadamente llegó la picada: «A mí me gusta mucho meterme con el pato para buscar el siluro, un pez que me encanta pescar en esta zona, y ese día decidí introducirme con una rapala al lado de unas compuertas». Solamente llevaba unos lances cuando sintió la picada del enorme siluro, que finalmente dio un peso de 96 kilos.

Una «extraña» picada

Duan, tras sacar al siluro del agua.
Duan, tras sacar al siluro del agua.

El pescador, que es un experto en este tipo de peces, explica que la picada fue un tanto extraña: «Fue raro, porque fue una picada muy lenta. Hay que tener en cuenta, en primer lugar, el tamaño que tiene el animal; seguramente, éste no se dio ni cuenta que era una rapala en el instante en el que se la tragó, se creía que era un alimento más y se marchó; en ese momento, empecé a tirar y él seguía con su camino». Por eso tardó un rato en reaccionar el depredador. Desde entonces se desencadenó una dura pugna de dos horas con él.

«Se me enredó en varias ocasiones y no fue fácil lograr ganarle la pelea; pude conseguir sacarlo de un árbol al que accedió, y ese fue uno de los momentos más críticos», expone. Hay que tener en cuenta que, al trabajar desde pato, ésta es una pesca muy vertical, distinta a la que se realiza desde el suelo: «Tienes que salvar muchos más obstáculos», explica el pescador. «Incluso desde una embarcación, es distinto», añade.

«Cuando vimos el siluro de color blanco debajo de la embarcación, el corazón se nos salía del pecho», confiesa el pescador. «Es un lugar, además, en el que hay unos rápidos, algo que no les gusta mucho a los siluros, porque es una zona baja del río, y el animal se acercaba pero no quería bajar abajo», describe. En esa zona «hemos llegado a estar cinco o seis kilómetros con uno de los siluros de estas dimensiones».

«Es el récord de siluro albino en el Ebro»

Tras las dos horas de batalla, consiguió cansarlo y sacarlo a la orilla, donde se hizo con él y compartió con su familia la alegría de hacerse con un siluro albino de 2,55 metros de largo y 96 kilos de peso. Según señala el pescador, «según me han comentado, es el récord del Ebro de siluro albino; hace muchos años que pesco aquí, y por números y cifras, es el más grande que han visto los compañeros», concluye.