El pescador toledano Cristian Julián Fernández ha conseguido capturar junto a su compañero Daniel Gómez Arroyo –ambos naturales de la localidad de Velada- un precioso barbo comizo de 15 kilos y 300 gramos en el mágico entorno de las Lagunas de Ruidera. A sus 24 años de edad, Cristian tiene claro que lo que le ocurrió este Domingo de Resurrección no volverá a pasarle jamás en la vida, «y si pasa será otro milagro», confiesa en declaraciones a Jara y Sedal.
Llevaba tiempo preparando junto con su amigo un viaje al mágico entorno de las Lagunas de Ruidera, ubicadas entre las provincias de Ciudad Real y Albacete. Ese sitio que Miguel de Cervantes elogió en El Quijote y que es un un oasis en plena llanura manchega, un brote de vida donde nace el Guadiana. Ahí, donde los sueños de Cervantes yacen, también los encontró este joven pescador.
«Es el pez de mi vida», vuelve a recordar Cristian sobre este bonito barbo. «No tenía trompeta, pero era comizo. Yo creo que por todos los kilos que tenía», señala el pescador sobre el ejemplar a este medio.
La laguna ‘Colgada’, el lugar en el que dio con el barbo
El joven dio con el barbo en la laguna ‘Colgada‘, «la más difícil de las que hay en todas las Lagunas de Ruidera y en la que más complicado nos dijeron que sería sacar un barbo, por eso la elegimos mi amigo y yo. Nos gustan los retos complicados y, con el fin de superarnos, elegimos ese enclave», explica a este medio.
Es una laguna en la que «hay bastante comida, porque hay mucha ova y, sobre todo mucho cangrejo, un crustáceo fundamental en la dieta del barbo», explica el pescador toledano. Por ello, armados con su equipo, cebaron durante dos días previos una calva a metro y medio de la superficie. Ya sólo tenían que esperar su momento.
El Viernes Santo, día de la sorpresa
El pasado 2 de abril, Viernes Santo, fue el día de la sorpresa para estos pescadores. A última hora de la tarde, Cristian sintió que el puntero de su caña se movía y entonces comenzó la pelea: «Sabía que era un barbo grande por cómo tiraba, pero me armé de paciencia y no dudé en ningún momento lo que tenía que hacer. Sabía que un movimiento en falso podría echar al traste todo el trabajo realizado durante tres días, por ello me mantuve firme hasta que, tras media hora de lucha, logré sacarlo a la superficie».
En ese momento, llegaron la emoción y las lágrimas de los jóvenes: un portento de barbo y un sueño cumplido con un animal que podría sobrepasar las dos décadas de vida y que pesó 15 kilos y 300 gramos. Este es el vídeo de la suelta del ciprínido, de nuevo, a las Lagunas de Ruidera:
El equipo utilizado
Para la pesca de este barbo, el joven utilizó una caña starbait con un sedal de 0,37 milímetros montado con un bajo de línea de 35 lb. En su extremo, tenía un anzuelo del número 6 de camuflaje de la marca de Tribion.
El cebo consistió en un pellet de 20 mm de Robin Red con una chufa flotante también de Robin Red de la marca Proelite Baits.