Jara y Sedal habla con el dueño de los cuatro sabuesos que fueron infectados por una jabalina que presuntamente portaba la enfermedad de Aujeszky en Navarra.  Miguel Ángel Larrayos narra el «sufrimiento» que han pasado en su familia por la muerte de los canes, «a los que considerábamos como unos miembros más de nosotros», confiesa.

3/2/2020 | Redacción JyS

jabalí perros
El cazador, con los perros ahora muertos. / JyS

«Estoy destrozado». Es lo primero que expresa el cazador navarro Miguel Ángel Larrayos al descolgar la llamada de Jara y Sedal después de que el pasado sábado, 25 de enero, cuatro de sus perros de 7, 5 y 4 años protagonizaran el agarre de una jabalina que presuntamente portaba la enfermedad de Aujeszky. El resultado ha sido la muerte de sus cuatro sabuesos, acaecida durante la pasada semana.

«Llevo 35 años cazando y esto no lo había conocido nunca. Hemos tenido muy mala suerte, pero nos queda la tranquilidad de que es algo que no podíamos evitar», confiesa. Todo comenzó ese 25 de enero cuando el cazador salió junto a sus sabuesos y su cuadrilla de batida en el coto social de su pueblo, Olave, en Navarra, situado también cerca de Sourauren.

«Fue un día de caza normal, en el que los perros levantaron a esta jabalina», comenta. Los canes «estaban quietos y la jabalina no corría. Era todo muy extraño. De repente, el animal empezó a hacer reacciones muy agresivas y lo abatimos, terminamos la jornada y ahí quedó la cosa», afirma. A los cinco días fue cuando comenzaron a sucederse las dolencias de sus canes: «Primero un perro se puso malo, con muchos picores, y al día siguiente el otro, y al tercer día los demás», relata Larrayos.

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Otra imagen de los perros en un agarre. / JyS

«El veterinario me preguntaba que si habían comido los animales las heces de la jabalina, y yo le respondía que no», afirma. En ese momento, saltaron las alarmas: «Lo primero que hicimos, antes incluso de que se muriera ninguno de los cuatro perros, fue retirar la carne de la jabalina, que la habíamos repartido entre los cazadores», dice Larrayos.

Poco a poco, fueron muriendo los canes: «Les entraban duros picores, les salían unos bultos en la cabeza como si fuesen un herpes o una papera. Al principio parecía que se rascaban de vez en cuando, pero luego eran unos picores tremendos porque la enfermedad les atacaba al sistema nervioso. Lo hemos pasado fatal porque era un sufrimiento brutal», confiesa el cazador navarro.

Tras la muerte de los animales, dos de los veterinarios de confianza del cazador se pusieron en contacto con él y están analizando el cuerpo de los perros. Larrayos habló también con la consejería de Medio Ambiente navarra, que le pidió el cuerpo de otro perro que está siendo analizado en Madrid: «Van a investigar el cerebro, ya que esta enfermedad le ataca el sistema neurológico», declara el cazador.

Mensaje de tranquilidad pero de responsabilidad en la formación a los cazadores

Llama la atención que, dentro de la tragedia para este cazador por perder unos perros «que eran como de mi familia», lo primero que hace es mandar un mensaje de ánimo pero de alerta a todos los cazadores: «Nuestro colectivo hace una labor muy importante para el campo, pero tenemos que estar alerta con esta enfermedad, tenemos que conocerla mejor. Sé que lo que a mí me ha pasado es un golpe de mala suerte, pero hay que investigar y se tiene que tener un conocimiento general de lo que ha ocurrido para evitar que pueda pasar», defiende Larrayos antes de entrar en materia y explicar lo sucedido.

¿Qué es la enfermedad de Aujeszky?

Según explica Ciencia y Caza, la enfermedad de Aujeszky, está transmitida por un virus de tipo porcino, que pueda estar presente en cerdos o en jabalíes y que no se transmite a los seres humanos. Te lo contamos aquí.