Los animales, en muchas ocasiones, nos dejan historias que, a menudo, son capaces de generarnos tal nivel de asombro que nunca antes nos lo habríamos imaginado. Esto es justamente lo que vamos a vivir con la que te contamos a continuación, en la que un perro guardián es el principal protagonista.
Su nombre es Bobi, es un Rafeiro do Alentejo de pura raza y nació el 11 de mayo de 1992. El pasado jueves, 11 de mayo, estuvo de celebración por un día muy especial en su vida puesto que cumplía 31 años. Algo casi inimaginable teniendo en cuenta que estamos hablando de un can.
Tanto es así que el Guinness World Records le ha nombrado «el perro vivo más viejo», además de el más anciano jamás registrado. Por ello, el día de su cumpleaños tenía que ser especial y digno de recordar durante mucho tiempo.
Antes de él, quien ocupaba ese privilegiado puesto del can más viejo y, por lo tanto, a quien ha tenido que destronar, era Spike, un chihuahua de Ohio. Este mide 22,86 centímetros de alto, pesa solo 5,85 kilogramos y tiene 23 años.
100 invitados para el 31 cumpleaños del perro más viejo del mundo
Nadie quiere perderse un momento que, probablemente, no volveremos a vivir. O si lo hacemos, será dentro de muchos años. Es por esta razón que Bobi recibirá a un total de 100 invitados de diferentes países. La celebración será el sábado en el pueblo de Conqueiros, en Portugal, tal y como ha contado su dueño, Leonel Costa, de 38 años.
«Mirarlo es como recordar a las personas que fueron parte de nuestra familia y lamentablemente ya no están, como mi padre, mi hermano o mis abuelos, que ya se fueron de este mundo. Bobi representa a esas generaciones», cuenta Costa a Guinness.
Podemos dar por hecho que esa longevidad de Bobi viene de familia ya que su madre, Gira, vivió hasta los 18 años. La vida media de esta raza de perros guardianes de ganado es de 12 años.