Una sorprendente escena protagonizada por un perro de caza ha desatado carcajadas y comentarios en TikTok. En el vídeo, publicado por la usuaria @jaimeleigh5, se observa a su fiel compañero, un braco alemán, que ha entrado al salón de la casa con un conejo en el hocico, y lo deposita con orgullo a los pies de su dueña.

La reacción de la mujer es tan calmada como divertida. Visiblemente incrédula, le pregunta al perro: «¿Qué has hecho?», mientras se inclina para inspeccionar al inesperado regalo matutino. Aunque su tono denota sorpresa, también se percibe una mezcla de resignación y humor, probablemente acostumbrada a las ocurrencias de su entusiasta cazador que es incapaz de reprimir sus instintos más primarios.

El instinto natural del perro de caza en acción

Como todos los cazadores comprendemos, este comportamiento es característico de los perros de caza, especialmente de razas como el braco alemán, conocidas por su instinto natural para rastrear y cobrar conejos, perdices o faisanes. Aunque en este caso no queda claro cómo el conejo llegó al salón, todo apunta a que el can no pudo resistirse a compartir su logro con su dueña.

El vídeo, acompañado del pie de foto «me encantan las sorpresas que me traen mis perros por la mañana», ha acumulado miles de visitas y comentarios. Muchos de ellos de dueños de perros de caza compartiendo experiencias similares: «Es un braco alemán, ¡es lo que hacen!», comenta un usuario, mientras otro añade de forma irónica: «El desayuno servido al estilo tradicional».


Este perro de caza es incapaz de reprimir su instinto cazador frente a la televisión


Lo cierto es que los perros de caza llevan su instinto en las venas. Da igual si están en el campo persiguiendo conejos, corzos o jabalíes o en casa disfrutando del sofá. El chip cazador nunca se apaga. Para ellos, encontrar, recuperar y entregar una presa no es solo una tarea, es casi una declaración de amor.

@jaimeleigh5 Love the surpises my dogs bring me early in the morning 🙃 #gsp #huntingdog ♬ original sound – Jaime Leigh🛡️

El vídeo demuestra que los perros de caza no entienden de horarios, normas de etiqueta ni de si es un buen momento para llevar un conejo al salón. Su espíritu es cazador, y eso, por más que pasen los años o cambien los contextos, nunca se pierde.

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