Una cazadora y rehalera de Marbella, cuya identidad prefiere mantener en el anonimato, ha denunciado haber encontrado a una de sus perras de caza castrada en una protectora, después de haberse extraviado esta tras participar en una batida de jabalíes.
La cazadora afirma haber pasado momentos «angustiosos» después de perder a su podenca y que, tras buscarla sin descanso, apareciese unos días más tarde castrada en la protectora Triple A, ubicada entre la carretera que une las poblaciones de Marbella y Ojén. «Esta protectora, en los últimos años, nos hace la vida imposible», señala la cazadora a la redacción de Jara y Sedal. «Cada vez que se nos pierde un perro, se dedican a coger al animal a pesar de tener chip y collar con nuestro nombre y teléfono, y dejarlo en sus instalaciones», señala. Y lo más grave es lo acaecido con el último de sus canes que han encontrado allí: «Cuando le pasamos el chip, apareció como no registrado», indica, exponiendo la posibilidad de que la protectora hubiera desconfigurado de algún modo el elemento identificativo.
Castraron al can sin consentimiento
La propietaria de la perra denuncia que castraron al animal sin su consentimiento. Logró localizarla cuando, tras perderse, una noche en casa se puso a mirar en Internet los animales que distintas protectoras ofrecían en adopción, identificando a su podenca. «Al día siguiente, fuimos allí, nos trataron muy mal porque nos vieron el coche de cacería, y nos dijeron que para que lo tuviésemos nosotros, que mejor lo daban», explica aún angustiada la joven. «Me la han castrado sin mi consentimiento, porque dicen que a partir de los 15 días los perros pasan a ser de su propiedad», indica, afirmando que «todos los perros salen desde allí para Alemania».
Sobre el chip desconfigurado
Por último, y sobre el chip desconfigurado del animal, ni la propietaria del can ni su veterinario de confianza encuentran explicación: «Desde la protectora dicen que pasa muchísimo, pero yo tengo cuarenta perros y no me ha pasado en ninguno. El veterinario que tenemos es de muchos años, de confianza, y no lo entiende tampoco. Es increíble», denuncia.
Tuvo que pagar casi 200 euros por sacar a la perra de la protectora
Por último, explica que tuvo que pagar casi 200 euros por sacar a la perra de la protectora: «Me encontré con una perra castrada, me obligaron a pagar la castración que eran 80 euros; me encontré con la perra revacunada de la rabia, algo que yo ya había hecho en el mes de junio, y me han hecho pagar 30 euros más por ello; y, además, tuve que pagar 50 euros por la estancia del animal allí. Una locura», se lamenta la dueña.
«Nuestro veterinario nos dijo que era una secta, que ellos viven de eso y lo peor de todo es que jueguen con nuestros perros y con nuestros sentimientos, porque ellos son como de mi familia», indica. Ya han denunciado los hechos ante la Guardia Civil, pero piensa que probablemente no prospere la denuncia.