El programa Cazadores de Lances es uno de los espacios de documentales por excelencia sobre el mundo de la caza en Extremadura. Además de la montería, una de las modalidades reinas en España y que el programa retrata a la perfección, los telespectadores son testigos de espectaculares reportajes tanto de caza mayor como menor. El pasado lunes el programa mostró una historia muy especial: la de dos cazadores, tío y sobrino de la localidad de Monroy (Cáceres), en su particular aventura tras el rastro del duende del bosque, el corzo.
Las costumbres del más pequeño de nuestros cérvidos marcan un horario estricto de madrugada, algo que tío y sobrino llevan a rajatabla para poder dar con el animal buscado. Los ruidos del coche ahuyentan a los primeros corzos que apuran sus últimos bocados de pasto antes de encamarse. Es entonces cuando ambos cazadores aparecen en escena para dar finalmente con un macho con un buen trofeo. El animal, no obstante, está a más de 300 metros de distancia desde donde se encuentran, por lo que deciden hacerle una entrada para acercar un poco más.
Sergio y Jorge consiguen ponerse a tiro de este viejo animal para tratar de cazarlo, el desenlace final será mejor que lo veas.
En la segunda parte del programa se ve cómo se gestiona la perdiz con reclamo en un reportaje en el que el guarda rural Honorio Periánez ofrece su fórmula para aumentar las poblaciones de las patirrojas en los cotos. Hace tres años decidió hacer una selección de perdiz, ya que veía que había demasiado macho viejo en sufinca, y se puso como objetivo cazarlos: «Los resultados fueron mejores en cuanto población de perdiz en los siguientes años», explica el guarda en la grabación.
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