En plena campaña de recogida de aceituna en Castilla-La Mancha, varios agricultores fueron multados por no contar con retretes portátiles en sus explotaciones, lo que generó un profundo malestar en el sector. La respuesta más sonada ha sido la de un pastor que, con humor y creatividad, ha ironizado sobre esta obligación llevándose un inodoro colgado como si fuera una mochila.

Las inspecciones de trabajo realizadas durante la campaña de recogida de aceituna en Castilla-La Mancha encendieron los ánimos de los agricultores de la región. La razón: la imposición de sanciones por no contar con retretes portátiles en sus fincas, una medida que, según las autoridades, buscaba garantizar la intimidad y dignidad de los temporeros.

Lejos de percibirse como una mejora en las condiciones laborales, estas sanciones han sido interpretadas como una carga injustificada por parte de un sector ya duramente castigado. La bajada de los precios de la aceituna en origen, en contraste con los elevados costes del aceite de oliva en los supermercados, ya venía asfixiando a muchos profesionales. La exigencia de instalaciones portátiles ha sido la gota que ha colmado el vaso.

La ingeniosa reacción que se ha hecho viral

El pastor con el retrete a la espalda. © TikTok

Fruto de este malestar, algunos agricultores reaccionaron con mensajes contundentes en redes sociales. Pero uno de ellos ha ido más allá. Un pastor, en un vídeo publicado por el perfil de TikTok @jorgebanderatriguero, ha ironizado sobre la situación portando un retrete doméstico colgado del hombro, como si de un accesorio de campo se tratase.

La imagen del pastor, rodeado por su rebaño y cargando el inodoro como una mochila cruzada al pecho, ha recibido casi 10.000 likes en la plataforma. Su gesto ha sido interpretado como una crítica satírica que resume el sentir de muchos trabajadores del campo: normativas urbanas aplicadas sin sentido común a la realidad rural.

Desde algunas asociaciones agrarias se ha matizado que las sanciones habrían sido impuestas por «dos inspectoras novatas» y, de momento, no se han registrado nuevas multas. Aun así, el daño ya está hecho en forma de desconcierto y frustración.

@jorgebanderatriguero

♬ sonido original – jorgebanderatriguero

Un problema que puede costar muy caro

La posible multa por no disponer de aseos portátiles puede alcanzar los 40.000 euros, una cifra absolutamente desproporcionada para pequeñas explotaciones agrícolas. En un sector que ya sufre el encarecimiento de combustibles, fertilizantes y maquinaria, imponer este tipo de sanciones puede suponer la ruina.

Muchos agricultores apenas logran cubrir los costes de producción con los precios que reciben por sus productos. Añadir una carga más puede llevar a que numerosas explotaciones familiares se vean abocadas al cierre, poniendo en riesgo la sostenibilidad del campo y del suministro de productos esenciales.

Una normativa confusa y contradictoria

Buena parte del problema radica en la falta de claridad legal. La Ordenanza General de Seguridad e Higiene de 1971 obliga a ofrecer servicios higiénicos adecuados a los trabajadores. Sin embargo, el Real Decreto 486/1997, que regula las condiciones de trabajo, excluye los campos de cultivo de esta obligación cuando se ubican fuera de zonas edificadas.

Esta contradicción ha dado pie a interpretaciones dispares entre las autoridades. En algunos casos, las sanciones se han emitido pese a que la normativa vigente no exige de forma clara la instalación de retretes en entornos agrícolas.

Mientras tanto, el pastor del vídeo ha logrado lo que ninguna ordenanza: poner en el centro del debate una problemática rural real utilizando el humor como altavoz.

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