La problemática de los accidentes de aves con aviones en las cercanías de los aeropuertos es una constante. Y más en los últimos años, en los que la población de paloma torcaz crece exponencialmente en algunos lugares de nuestro país, representando así una amenaza importante no sólo para la salud pública en las ciudades, sino para la seguridad de entornos como los aeropuertos.

Ahora, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, por petición de AENA, ha otorgado con carácter excepcional una autorización para ahuyentar y abatir palomas torcaces, «por riesgo para la seguridad de las operaciones aéreas» en los alrededores de este espacio desde el 1 de junio al 15 de septiembre.

Así, la Sociedad de Cazadores de Paracuellos de Jarama ha informado que saldrá a cazar, de forma ocasional, procurando hacerlo en días de diario (comenzando el 9 de junio) para influir lo menos posible a viandantes y ciclistas. Como siempre, mantendrán la seguridad pertinente en cuanto a distancias y zonas (caminos, vías pecuarias y por supuesto zonas habitadas).

Recordamos que, hace dos años, este medio informaba de cómo un avión sufrió el impacto de un buitre al aterrizar en el aeropuerto Adolfo Suarez-Madrid Barajas. El ave quedó empotrada en el morro del aparato. A pesar de lo aparatoso de la imagen, el incidente no puso en riesgo la seguridad de la aeronave, pues el ave solo rompió la cúpula de fibra que protege la antena de radar del avión, una cubierta fácilmente sustituible y prescindible. 

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