El cadáver de una loba de aproximadamente dos años y medio y 28 kilos de peso fue hallado el pasado fin de semana cerca de la localidad de Cogolludo (Guadalajara) por un miembro del Proyecto Voluntariado para el Censo del Lobo. PACMA no tardó en publicar falsamente en su cuenta oficial de la red social X que el animal había sido encontrado muerto debido a «un disparo en el cuello» y que se trataba de un ejemplar muy joven.
«Tenía solo 6 meses y ha sido encontrada muerta en Guadalajara, víctima de un disparo en el cuello. Un socio de ASCEL halló su cuerpo en una zona sin ataques al ganado ni conflictos con el lobo», aseguraron desde el partido animalista.
«Las administraciones y autoridades tienen que tomar medidas para evitar la muerte de más lobos por envenenamientos o disparos», puede leerse al final del texto que compartieron el pasado 2 de diciembre en X, dejando claro que sus acusaciones apuntaban, como ya han hecho en otras tantas ocasiones y sin pruebas, hacia el mundo de la caza.
Un necropsia, desmonta la teoría de PACMA
Los resultados de la necropsia, realizada en las instalaciones del minizoo de Guadalajara, han revelado que la loba murió a causa de un traumatismo producido por mordeduras de perros mastines. No se encontró ninguna bala en su cuerpo, desmintiendo así la versión inicial difundida por el partido animalista.
Este incidente ha generado gran controversia y demuestra la importancia de ser cautos y esperar los resultados oficiales ante un caso como este antes de protagonizar este tipo de precipitadas afirmaciones a las que nos tiene acostumbrados PACMA.
El odio, el arma del animalismo
No es la primera vez que PACMA y otras entidades animalistas acusan sin pruebas a los cazadores. También es habitual encontrar a sus seguidores insultando y deseando la muerte a través de las redes sociales a quienes practican la actividad cinegética.
Sin ir más lejos, esta fue la respuesta de uno de los usuarios al tuit sobre la muerte de la loba. «Habría que encontrar al que hizo esto, llevarlo con la cabeza tapada a un descampado y ahí de rodillas meterle un navajazo en la nuca».
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Lamentablemente no todo queda en palabras. Han sido varios los casos de cazadores que han tenido que soportar ataques físicos y materiales durante sus jornadas cinegéticas por parte de animalistas.
Hace varios meses en España durante una batida que tenía lugar en Tarragona un individuo agredió, rompió las lunas del coche y robó a un cazador. Otras tres mujeres por su parte, pintaron con «caza no» los coches de dos cazadores durante una batida en Cantabria, algo similar a lo que ocurrió el año pasado a otro cazador en Lleida. En aquella ocasión la pintada fue «mato por gusto de matar», y las consecuencias peores ya que rompieron las lunas, los retrovisores y los limpiaparabrisas del vehículo.
