Conocido también como calendario litúrgico, el santoral es un libro religioso que recoge los santos reconocidos por la Iglesia Católica. Cada día del año se venera a uno o varios de ellos y hoy, 11 de noviembre, es el caso de San Martín de Tours.
El nombre de Martín es de origen latino y significa ‘aquel que está consagrado a Marte’. En concreto, quien hizo que en este día se celebrara San martín nació en Hungría en torno al año 316, cuando este país formaba parte del Imperio romano. Fue Sulpicio Severo quien se encargó de llevar a cabo las labores de biógrafo de este hombre.
Este fue San martín
De tal modo, después de ingresar en el ejército en el que estuvo sirviendo durante más de 25 años, vivió un episodio en el que Martín, a las puertas de la ciudad de Amiens, partió su capa en dos partes para compartirla con un pobre. Esa misma noche, según cuenta la leyenda, se le apareció Cristo vestido con esa misma mitad de su capa y así le reforzó su deseo de seguir con su vida cristiana.
Fue esto lo que le llevó a abandonar el ejército y dedicarse a su fe. Algo más tarde, Martín se trasladó a Poitiers y allí se convirtió en discípulo de San Hilario. Empezó a vivir como ermitaño y, en el año 371, fue elegido obispo en Tours, cargo en el que resaltó por su cercanía con el pueblo y por su labor en la evangelización de la Galia. Asimismo, fundó varios monasterios y consolidó la estructura de la Iglesia en esa región, sentando las bases para la difusión del cristianismo en la Francia medieval.
Poco después de su muerte, en el año 397, San Martín de Tours fue canonizado y se convirtió en uno de los santos más venerados de la cristiandad. De igual modo, dejó un enorme legado y su figura fue símbolo de la generosidad y la compasión.
El origen de la expresión ‘a todo cerdo le llega su San Martín’
Cabe mencionar, además, que su recuerdo está todavía más vivo en la actualidad gracias a la popular expresión ‘a todo cerdo le llega su San Martín’ o bien ‘a cada cerdo le llega su San Martín’. Es uno de los clásicos refranes españoles que se usa para avisar de que todo el que tiene un mal comportamiento o que ha llevado a cabo alguna acción ruin o incorrecta recibirá su merecido.
Se origen se debe a la tradicional matanza del cerdo, un acontecimiento muy señalado en algunas zonas de nuestro país y que solía celebrarse en torno al 11 de noviembre, coincidiendo con la festividad de San Martín de Tours.
Dicha fecha se escogió porque los primeros días de noviembre suele ser la época del año en la que el frío empieza a aparecer y, por lo tanto, se comienzan a dar las mejores condiciones para curar y conservar las carnes y embutidos. Asimismo, sobre mediados de este mes también tiene lugar el llamado veranillo de San Martín, un supuesto paréntesis meteorológico de dos o tres días de buen tiempo en el que celebrar este día.
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En lo que respecta al origen de esta expresión, tenemos que volver a hacer referencia a la fecha en la que se celebra. A los cerdos se les cebaba durante meses y, llegado el día de San Martín, se llevaba a cabo su sacrificio para aprovechar las carnes en preparados y embutidos.
Así fue como nació la ahora conocida frase de ‘a cada cerdo le llega su San Martín’, la cual alude a esa inevitable llegada del destino para quienes, al igual que los cerdos, han sido preparados para recibir su fin. Con el paso del tiempo, esta expresión ha ido modificando levemente su significado hasta llegar a ese con el que la utilizamos a día de hoy y que hemos mencionado anteriormente, pero la idea central sigue siendo que nadie puede escapar a las consecuencias de sus actos.