Uno de los platos que ha llegado a la gastronomía española para convertirse en uno de sus imprescindibles es, sin duda, la ensaladilla rusa. En cambio, y lejos de limitarse exclusivamente a Rusia, lo cierto es que sus orígenes son algo más complejos y no todos somos conocedores de ellos. De hecho, la caza está muy relacionada con esto.
Lo primero que tenemos que tener claro es que, tal y como su nombre hace pensar, procede de Rusia. Sin embargo, su precedente se encuentra en Francia ya que Lucien Olivier, ruso de ascendencia francesa y belga, fue quien comenzó a servirla como plato central en su restaurante, conocido como Hermitage.
Su oferta gastronómica estaba orientada en los secretos culinarios franceses y una de las recetas con las que cautivó a su público era el salat Olivye. Podríamos decir que este fue el primer paso para que, años después, el mundo pudiera disfrutar de la ahora popular ensaladilla rusa.
La caza, presente en el origen de la ensaladilla rusa
Entre los ingrediente con los que se elaboraba esta receta se encuentran la carne de cangrejo, la lengua de ternera, lechuga, caviar, pepinillos, aceitunas, patatas cocidas y ese al que nos venimos refiriendo que guarda relación con la caza: la perdiz. A esto le añadía, como complemento, un poco de mayonesa y otro ingrediente que nunca dio a conocer.
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Fue así como, inicialmente, este aclamado plato empezó a surgir durante la Primera Guerra Mundial, momento en el que la receta fue modificándose hasta casi desaparecer. La realidad es que, como hoy podemos corroborar, los ingredientes se cambiaron por otros más asequibles económicamente como el pollo, los guisantes, el jamón cocido y las zanahorias.
Por supuesto, lo que nunca nadie se ha atrevido a dejar fuera de la ensaladilla rusa han sido las patatas cocidas y la mayonesa, siendo estos dos los que conforman buena parte de su esencia y del gran éxito que, con el paso de los años, ha conseguido a nivel internacional.