La reconocida publicación sobre naturaleza afirma que los perros de caza en España están condenados a morir.
27/10/2016 | Redacción JyS
La revista National Geographic, en su edición online, ha publicado un artículo titulado “Traditional Hunting Dogs Are Left to Die En Masse in Spain”, en español “Dejan morir en masa a los perros de caza en España”.
En este artículo la autora, Natasha Daly, llena sus líneas de tópicos para menospreciar e intentar socavar la reputación de los galgueros. Para ello, contacta con varias protectoras de Reino Unido y de España y centra su mensaje con dos ejemplos de galgos adoptados por familias no cazadoras.
En primer lugar lo puede leerse en el artículo que los galgos “son la raza más maltratada del mundo” y que “decenas de miles son asesinados” en nuestro país. Además una de las fuentes de la autora, Tina Solera de la protectora Galgos del Sol de Murcia asegura que: “Viven en condiciones terribles, atados a la intemperie y los alimentan lo justo para que no mueran y tengan hambre y así corran más en las jornadas de caza”. Solera también acusa a todos los galgueros de entrenar a sus canes atándolos a vehículos como motos o coches.
Por otro lado, la autora contacta con Abigail Christman, fundadora de la protectora estadounidense Galgo Rescue International Network, quien asegura que en España se matan al año “más de 100.000 galgos”. Además Christman añade que “se les asesina tirándolos a pozos o a ríos, se les quema vivos o les rocían con ácido”, algo que desde el medio no han dudado en resaltar en sus redes sociales, donde la práctica mayoría de los comentarios criminaliza a todo el colectivo de cazadores.
Por último, desde National Geographic afirman que la Federación Española de Galgos no ha querido hablar con ellos. Aunque sí lo han hecho con Pilar Pérez Martínez, veterinaria y galguera, quien afirma en la revista que los galgueros “aman a sus perros” y asegura que ella se ha sentido atacada cuando paseaba con sus galgos. “Me han criticado sin conocerme. Los cazadores deberían ser tratados de diferente forma a los maltratadores, no es lo mismo”, finaliza Pérez.