El siguiente vídeo, compartido en Instagram por el usuario Branislav Stastny, muestra a una morsa emergiendo del agua y clavando sus colmillos en una embarcación. Con solo una embestida, el animal logra perforar el material del bote, causando daños significativos. La morsa, visiblemente enfadada, no cesa en su ataque hasta que el bote queda completamente destrozado.
Este comportamiento, aunque inusual, puede ser explicado por la naturaleza territorial y protectora de esta especie, especialmente cuando se sienten amenazadas o cuando están protegiendo a sus crías.
Unos colmillos de miedo
Las morsas son conocidas por sus impresionantes colmillos, que son en realidad dientes caninos de gran longitud. Tanto los machos como las hembras poseen estos dientes, que pueden llegar a medir hasta un metro.
Los colmillos de las morsas no solo son una herramienta de defensa, sino que también tienen múltiples usos en su vida diaria. Estos animales los utilizan para cavar en el fondo marino en busca de alimento, como mariscos y otros invertebrados. Además, los colmillos les sirven para ayudarse a salir del agua y subirse a los bloques de hielo.
Las morsas habitan principalmente en las regiones árticas y subárticas, donde se congregan en grandes grupos sobre el hielo o en las costas. Son animales sociales que suelen vivir en comunidades numerosas. A pesar de su tamaño y apariencia imponente, las morsas son generalmente pacíficas y prefieren evitar conflictos.
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Sin embargo, cuando se sienten amenazadas, pueden volverse agresivas y utilizar sus colmillos para defenderse, como es el caso del vídeo que hemos compartido. Este ha generado diversas reacciones en las redes sociales, desde asombro hasta preocupación por la seguridad de las personas que se encontraban cerca del incidente. Los expertos en vida silvestre recomiendan mantener una distancia segura de estos animales y evitar cualquier acción que pueda ser interpretada como una amenaza. Las morsas, aunque fascinantes, son animales salvajes y su comportamiento puede ser impredecible.
