Manuel Gallardo Casado llegó a la presidencia de la Real Federación Española de Caza (RFEC), tras ganar las elecciones a este cargo durante la Asamblea General del pasado 5 de febrero. Desde entonces han pasado siete meses. Puede parecer poco tiempo, pero han dado bastante de sí en la agenda anticaza del Gobierno de España, que parece mantener el pie en el acelerador. Tras su llegada al cargo se ha prohibido la caza de la tórtola, la del lobo y se ha avanzado en la prohibición de la munición de plomo. Unas limitaciones que se suman a la declaración de la perdiz roja como especie amenazada y a la prohibición de la caza en Parques Nacionales.

Por si fuera poco, hace unos días el Gobierno presentaba la futura Ley de Bienestar Animal ante un reducido grupo de animalistas. Una ley que, de seguir adelante en los términos anunciados por Sergio García Torres, su director general, representaría el mayor ataque a la caza de la historia. Esta ha sido, para muchos, la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los cazadores, los cuales representan un sector estratégico en el mundo rural que se siente criminalizado y perseguido por Moncloa. La sensación de hartazgo es tan generalizada que son muchas las voces que se han alzado para que desde el sector se dé un puñetazo sobre la mesa y se organice una protesta masiva. La RFEC recogió el guante y anunció la semana pasada una gran manifestación para la próxima primavera. Algunos cazadores se preguntaron ¿Por qué esperar seis meses para celebrarla? ¿Por qué no hacerla ya? Jara y Sedal ha entrevistado a Manuel Gallardo para hablar sobre esta y otras cuestiones.

Pregunta. Han pasado siete meses desde que ocupó su cargo al frente de la RFEC. ¿Cuáles han sido sus primeras decisiones y los primeros cambios que ha llevado a cabo?

Respuesta. Las primeras decisiones han sido la constitución de los órganos de Gobierno de la RFEC, tanto su Comisión Delegada, Comité Interautonómico, y por supuesto su Junta Directiva formada por todos los presidentes de las federaciones autonómicas y un grupo de mujeres que suponen más de un 20% de sus miembros. Uno de los primeros cambios ha sido la reestructuración del equipo de trabajo de la RFEC, estableciendo áreas nuevas como la jurídica y la de comunicación y definiendo y potenciando las demás: competiciones, contabilidad y por supuesto la oficina técnica. Las decisiones han sido tantas en tan poco tiempo que ciertamente da vértigo. Lo más relevante es la cohesión y apoyo de todas las federaciones territoriales. Ahora estamos a punto de aprobar un código de buen gobierno y un código ético que vendrán a caracterizar a la organización en cuanto a fiabilidad y transparencia.

P. Ya ha tenido contacto con los principales partidos políticos ¿no? ¿Con quién se ha reunido?

R. Sí, hemos mantenido contactos con partidos políticos fundamentalmente miembros de Congreso de los Diputados y del Senado de diferentes formaciones del arco parlamentario.

P. ¿Cómo valora esos encuentros?

R. De forma positiva, por supuesto. Pero queda mucho camino por recorrer, las relaciones institucionales hay que abordarlas con mucha prudencia y cautela. Nosotros somos apartidistas, pero no apolíticos, lo que hace que los partidos deban atendernos pensando en lo que suponen centenares de miles de personas a las que representamos.

«Teresa Ribera no ha querido reunirse con nosotros»

P. Le habrán mostrado su apoyo, pero lo cierto es que el sector de la caza ha encadenado una serie de golpes que no tienen nada que ver con ello. Parques nacionales, tórtola, lobo, plomo, perdiz, Ley de Bienestar Animal… ¿Por regla general nos ningunean los políticos?

R. No, los políticos no nos ningunean, son los aparatos de los partidos políticos los que funcionan como trenes a vapor, poco ágiles y echando mucho humo por la chimenea de la máquina de cabeza que impide a los vagones traseros ver absolutamente nada, y eso genera una cierta desorientación en los que están más a pie de calle.

Otra imagen de la entrevista. © Israel Hernández

P. La mayor parte de esos ataques están llegando desde el Gobierno y, más concretamente, desde el MITECO. ¿Por qué aún no se han reunido con Teresa Ribera?

R. Pues porque ella no ha querido. Le pedimos una reunión y nos derivó al Secretario de Estado de Medio Ambiente, que a la vez nos dirigió al Director General. No fui a ninguna de ellas. La ministra aún no se ha enterado que si quisiera reunirme con unos u otros ya se lo habría pedido a ellos. Todo lo que toca este ministerio es un despropósito, las políticas de conservación son un desastre con un continuo flujo de dinero a organizaciones conservacionistas que no sirven para nada, un conflicto social con el lobo absolutamente innecesario y una agenda ecosocial absolutamente incoherente, urbana y prohibicionista. La verdad es que cada vez que hacen algo sube la luz.

P. Otra de las cosas que más preocupan al sector es la futura Ley de Bienestar Animal. ¿Ha participado la RFEC en su elaboración? ¿Qué valoración hace de las medidas anunciadas?

R. No, ¿Cómo vamos a participar en tamaño desatino? Las medidas anunciadas son tan desafortunadas que dudo que pasen los filtros anteriores al Consejo de Ministros, no solo por su vocación de inconstitucionalidad que es obvia, también por su delirante tratamiento de los animales de compañía. Eso sí, lo bueno que tiene es que los animales podrán crear su propio sindicato, queda ver el salario mínimo interprofesional…

«Pedimos una reunión con el director general de Derechos de los Animales y, aunque al principió aceptó, luego dio marcha atrás»

P. ¿Hay algún tipo de comunicación la Dirección General de Derechos de los Animales? ¿Se han reunido con ellos?

R. Le pedimos una reunión al director general para hablar de la desafortunada ley que pretende impulsar, al principio dijo que sí, pero luego dio marcha atrás y pretendió que nos reuniéramos con no sé quién. Otro que no se ha enterado lo que supone ser un servidor público. Estos nuevos políticos representan la política más rancia y reaccionaria, qué lástima de votos desperdiciados por los que pensaban que venían a salvarnos de la vieja política.

P. Hace poco publicaba un artículo en el que anunciaba que «se acerca la gran batalla» y esta semana anunciaba una gran movilización para la próxima primavera. Muchos cazadores se preguntan ¿por qué no hacerla antes? ¿Cuál es la razón para esperar?

R. La razón es obvia, una movilización de estas características requiere de forjar alianzas entre todas las organizaciones que se ven afectadas por las políticas de este Gobierno, cooperación, colaboración, objetivos, estrategia y, por supuesto, presupuesto económico. Hay mucho trabajo antes de asaltar Madrid. Las elecciones Generales son en 2023, si es que el PSOE sobrevive a Podemos. Todos los partidos deben sentir nuestra presión sabiendo que no nos arrodillaremos ante nada ni ante nadie.

P. Desde algunas asociaciones están planteando iniciativas de protesta antes de esa fecha. ¿Participará la RFEC en ellas?

R. Esto no es una carrera a ver quién llega primero, sería un error fatal que cada uno vaya por su lado, nosotros hemos hecho una llamada a la movilización abierta a todas las organizaciones del sector cinegético y, por supuesto, a las que entiendan que ha llegado el momento de plantar cara a este gobierno que va a acabar con el mudo rural como no se lo impidamos. Hay que trabajar muy seriamente, nos jugamos nuestro futuro.

P. ¿Por qué la RFEC es el centro de atención cada vez que se habla de manifestación?

R. ¿Quizás porque representamos a 340 mil personas? Y seguro porque todos esperan que esta organización enarbole la bandera de la rebelión ante los ataques al sector.

Todos los cazadores tenemos un enemigo común y, o nos unimos, o nos vencerán.

P. Hace unos días remitió una carta al presidente del Gobierno y anunció que trabajaría por lograr la unión del sector. ¿A que se refería? ¿Cree posible esa unión?

R. Sí, estoy seguro. Todos tenemos un enemigo común y, o nos unimos, o nos vencerán. No creo que haya nadie que no piense como yo.

P. ¿Hay comunicación con otras asociaciones? Da la sensación que el diálogo se produce a base de comunicados oficiales…

R. Sí hay comunicación y los frutos se verán muy muy pronto.

P. Al margen del sector cinegético, lo que sí es cierto es que la voz del mundo rural cada vez es más fuerte y diferentes actores se van dando la mano. ¿Cree que ese movimiento ruralista unido nos ayudaría?

R. Sin duda. La falta de oportunidades hace que el mundo rural se haya ido vaciando y la caza es una potente herramienta de desarrollo rural y fijación de población. Nosotros formamos parte de la ruralidad y apoyaremos todo lo que suponga terminar la agonía del campo y sus gentes.

P. Para terminar. ¿Qué mensaje lanzaría a los cazadores que ya están hartos de sufrir ataques y ven cómo poco a poco políticos, animalistas y ecologistas van recortando su derecho a cazar?

R. Nunca rendirse, siempre hacia delante. ¡Las barricadas, ahora o nunca!

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