En una carta que han remitido a todos los ayuntamientos de la región, la Federación de Caza de Castilla-La Mancha les insta a establecer un control sanitario estricto sobre las colonias felinas, para que los gatos que se crían en estas no puedan acabar viviendo en el medio natural.

En su escrito, la Federación de Caza le recuerda a los ayuntamientos que la reciente aprobación de la Ley de Protección de los Derechos y Bienestar de los Animales, formaliza la creación y mantenimiento en los pueblos de las denominadas colonias felinas, que mantienen en las calles a un número indeterminado de gatos que no tienen dueño reconocido y a los que voluntariamente se les proporciona alimento.

Desde esta entidad, quieren poner de relevancia los problemas que originan el mantenimiento de estas colonias, así como la repercusión que estos gatos incontrolados tienen tanto en el interior de los pueblos como en el medio natural aledaño.

En este sentido, han advertido que han sido muchas las entidades y de personas de marcado carácter científico, que han advertido de los problemas que estas colonias felinas están produciendo tanto en el entorno urbano como en el natural.

Todo ello, debido a que estos animales, aunque se les aporte comida, nunca pierden su instinto de caza, lo que supone una amenaza para las aves que viven en su entorno.

Otro aspecto negativo que denuncian los científicos es que estos ejemplares de gatos pueden actuar como transmisores de enfermedades y reservorios de las mismas, tales como toxoplasmosis, la rabia, algunas cepas de gripe humana e incluso del Covid-19.

Estos gatos, han advertido desde la Federación de Caza, también suelen adentrarse en el medio rural aledaño a las poblaciones suponiendo un riesgo más para poblaciones de especies silvestres, sobre todo de aves que nidifican en el suelo y que en un porcentaje altísimo están sujetas a figuras de protección.

Son varios los estudios que demuestran que los gatos asilvestrados son responsables de la extinción de al menos 63 especies de animales, siendo particularmente sensibles ya las poblaciones insulares de Canarias y Baleares.

La proliferación de este tipo de gatos en el medio rural, también supone un serio problema para poblaciones gato montés y lince ibérico, estando ambas especies protegidas y consideradas de alto valor ecológico, ante el peligro de transmisión de enfermedades.

Para tratar de mitigar este problema, desde asociaciones animalistas se ha promovido campañas de control de fertilidad o esterilización de individuos, puesto que no se contempla en absoluto la eliminación de los mismos.

Sin embargo, ha señalado la Federación de Caza, estas campañas de esterilización sólo permiten la reducción de la población cuando se aplican en altas tasas y durante largos períodos de tiempo, lo que supone un coste muy alto, además de acarrear una gestión compleja y con mucha frecuencia inasequible para muchos ayuntamientos.

Ante esta circunstancia, la Federación de Caza de Castilla-La Mancha considera que es necesario establecer un control sanitario estricto, erradicar en los casos necesarios las colonias felinas, e iniciar una campaña de información a las personas sobre los problemas que suponen.

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