Pillan a un furtivo desollando un pato junto a un río de Navarra y alega que solo quería comérselo
En Navarra, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza Seprona de la Guardia Civil tuvieron conocimiento de que en el término municipal de Tafalla, concretamente en el paraje La Pedrera, alguien estaba colocando cepos con el propósito de la captura ilegal de conejos.
Después de varios servicios, lograron hallar un cepo metálico y establecieron apostaderos en la zona para encontrar al autor de los hechos. Sin embargo, no consiguieron dar con él de forma presencial y, por lo tanto, instalaron una cámara de vigilancia con la que sí pudieron obtener la identificación plena del individuo que había colocado las trampas.
Se trataba de un varón de 71 años vecino de Tafalla. Ante los agentes, el infractor reconoció los hechos e hizo entrega de manera voluntaria de dos cepos más que tenía instalados en la zona.
En concreto, estos cepos son considerados artes prohibidas para caza, según la ley foral 17/2005 de caza y pesca en Navarra, «tanto por el peligro que suponen para personas y animales, como para las especies protegidas que también pudieran ser atrapados por estas trampas, pudiendo resultar gravemente heridos o muertos».
Denunciado un segundo vecino de Navarra
De igual modo y tal y como han informado desde la Guardia Civil, en las últimas semanas han intervenido un total de 220 artes ilegales de caza de varios tamaños y un lazo en la localidad de Lerín.
Los agentes de seguridad ciudadana estaban realizando un control rutinario de un vehículo cuando encontraron en el maletero 220 ‘costillas’ de varias dimensiones que estaban destinadas a cazar aves de pequeño tamaño. Asimismo, hallaron un lazo para la captura de mamíferos y tres cepos metálicos, siendo todos los objetos incautados.
Gran parte de las aves que son capturadas por este tipo de artes de caza, las ‘costillas’, corresponden a aves insectívoras. Estas están sujetas a un régimen de protección especial por ser beneficiosas para el hombre y la agricultura.
En este segundo caso, el individuo era un varón de 36 años, vecino de Estella. Tanto él como el hombre de 71 años de Tafalla han sido propuestos para sanción y las correspondientes denuncias han sido remitidas al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.