El conflicto entre campo y ciudad volvió a estallar en redes sociales. Esta vez, el protagonista es Boni Moreno, un leñador sevillano de Almadén de la Plata, que dio una auténtica lección de conocimiento y sentido común tras recibir duras críticas de un supuesto ecologista por podar una encina. En un vídeo publicado en Facebook, que fue compartido más de 2.000 veces en apenas 24 horas, Moreno desmonta uno por uno los argumentos del activista con una defensa apasionada de su oficio y del medio natural.
El árbol en cuestión, una encina que Boni conocía desde hacía más de medio siglo, se desplomó por el viento tras no haber sido podado a tiempo. Uno de sus grandes brazos cayó, desestabilizando la copa, y las lluvias hicieron el resto. «Si me hubieran cortado un dedo, no me hubiera dolido más», confiesa en la grabación, evidenciando el vínculo emocional que lo une con ese ejemplar.
Un ataque injusto y una respuesta rotunda
El origen de la polémica fue un comentario en redes en el que un ecologista exigía cárcel inmediata para el leñador «por delito ecológico». La respuesta no se hizo esperar. Frente a la encina caída, Boni graba un vídeo en el que explica las razones por las que se deben hacer podas responsables y denuncia la hipocresía de quienes critican sin conocer el campo.
«Esto no es ningún delito ecológico. Este es un ecologista subvencionado, de los que tiene el Gobierno dándole un buen sueldo y sin trabajar», afirmó sin tapujos. En su intervención, subraya que quienes se dedican a la leña «miran más por un árbol que ellos», porque tienen contacto directo y cotidiano con la naturaleza.
Una encina que formaba parte de su vida
Moreno asegura que lleva viendo esa encina durante 50 años, cruzándose con ella tres o cuatro veces al día. La caída del árbol no fue producto de una acción negligente, sino de la falta de mantenimiento causada por una legislación ambiental excesivamente restrictiva.
«Los que nos dedicamos a la leña no nos dedicamos a cortar encinas verdes, pero ellos sí que se dedican a vivir del cuento», afirma en el vídeo de manera contundente. En su opinión, los verdaderos amantes del campo son quienes lo trabajan, no quienes lo contemplan desde un despacho o una red social.
Una normativa que se vuelve contra la naturaleza
El testimonio de Boni pone el foco en un problema real: las restricciones legales que impiden podar encinas y alcornoques a partir de un determinado diámetro. Esta medida, pensada para proteger el medio ambiente, termina a menudo siendo contraproducente, ya que impide realizar podas de formación y mantenimiento que podrían salvar árboles centenarios.
Así, el ejemplo de Boni Moreno no solo evidencia la desconexión entre ciertos sectores urbanos y el mundo rural, sino también cómo una legislación en ocasiones mal enfocada puede poner en riesgo precisamente aquello que pretende proteger.