Según la Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC), Rafael Mateo Soria pretende «provocar un claro rechazo hacia la actividad cinegética» con «afirmaciones carentes de veracidad alguna» sobre este tipo de munición. Fue el autor del estudio que supuso su prohibición en los humedales de la Península en 2001‬.
01/06/2016 | UNAC
La UNAC no entiende por qué siempre que se habla del daño que producen los perdigones de plomo en las zonas húmedas o el medio natural, aparece el nombre del mismo científico en este tipo de noticias; el cual, para más INRI, ostenta desde hace unos meses el cargo de director del IREC.

Rafael Mateo
Rafael Mateo, a la izquierda, durante un seminario en la Universidad de Castilla-La Mancha. / Foto: http://www.uclm.es/

La UNAC se reunió en el año 2009 con varios representantes del MAGRAMA para solicitarle que elaborara un estudio serio y con participación de científicos y técnicos de los diferentes sectores implicados, en base a la técnica de análisis de heces, en todos los humedales Españoles; ya que las aves utilizadas en el estudio de la prevalencia del plumbismo aviar fueron cazadas en las tiradas habituales y compradas a los cazadores de cada zona, y se realizaron con técnicas no tan innovadoras y útiles como es el estudio de sus heces.
El actual director el IREC fue el encargado de realizar el estudio del año 1993, pagado por el antiguo ICONA, con el título: «Estudio de la problemática del plumbismo en Aves Acuáticas en diferentes humedales españoles (nov. 1993)». El Ministerio tomo éste estudio como base para promulgar el REAL DECRETO 581/2001, de 1 de junio, por el que en determinadas zonas húmedas se prohíbe la tenencia y el uso de municiones que contengan plomo para el ejercicio de la caza y el tiro deportivo. Prohibición que se ha venido arrastrando hasta nuestros días, a pesar de que estudios posteriores del CSIC y la Junta de Andalucía han hablado de que la ingestión de perdigones de plomo en aves acuáticas en humedales como Doñana es relativamente baja.
Para la UNAC no es admisible que se prohibiera en base a estudios dudosos y a presiones mediáticas donde se afirmaba que si no se utilizara plomo en las zonas húmedas se salvarían 50.000 aves todos los años.
Algo que es más que evidente que no ha sucedido tras 15 años de prohibición, pues de haber sido cierto, con los controles que se hacían para la detección de posibles focos de gripe aviar, también se habrían detectados con suma facilidad esas miles de aves muertas flotando en nuestras zonas húmedas; pues hablamos de un total de 750.000 cadáveres.
Tampoco se ha detectado un repunte de las poblaciones de anátidas después de 15 años sin usar el plomo en humedales de la Comunidad Valenciana o Andalucía, lo que es una evidencia muy clara de que se siguen repitiendo las mismas afirmaciones una y otra vez, con el único objetivo de provocar en la opinión pública un claro rechazo hacia la actividad cinegética. Motivo más que suficiente para que la UNAC se haya planteado solicitar el cese del actual director del IREC.
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