Luxemburgo se consolidó como el primer país de toda la Unión Europea en prohibir la venta de productos a base de glifosato, un pesticida encontrado en casi la mitad de las liebres muertas de España. Ahora, la justicia le obliga a dar un paso atrás en este sentido y tendrá que volver a permitirla.

Fue el 1 de febrero de 2020 cuando este país retiró la autorización de puesta en el mercado del glifosato. A pesar de esto, la venta siguió estando permitida durante casi un año más, hasta que finalmente comenzó el veto total el 1 de enero de 2021.

Un papel importante en esta historia lo tiene la empresa Bayer, fabricante del plaguicida RoundUp, elaborado a base de esta sustancia. Por su parte, la compañía recurrió la decisión de Luxemburgo, alegando que no habían respetado el derecho europeo.

A raíz de esto, la corte administrativa del país ha invalidado finalmente la prohibición. De este modo, ha señalado a «la ausencia de indicación de la menor argumentación jurídica» para vetar ocho productos, entre los que se incluye el glifosato, en contra del régimen jurídico de la UE, el cual permitía su distribución.

La OMS alertó de sus riesgos cancerígenos

En esta línea se ha pronunciado Claude Haagen, ministro de Agricultura de Luxemburgo, quien ha asegurado haber «tomado nota» de esta decisión. «Después de un análisis detallado de la sentencia, el gobierno decidirá los siguientes pasos a dar, que serán comunicados en su debido momento», ha puntualizado.

En el año 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya encendió las alarmas en cuando a los riesgos cancerígenos del glifosato. En la otra cara de la moneda están la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA), quienes lo clasificaron como no cancerígeno.

¿Qué es el glifosato?

La realidad hace poner en duda las evidencias científicas que abalaron esta calificación. Es por esto que, además de ser el herbicida más utilizado del mundo, también es uno de los más polémicos.

Su uso se basa en la inhibición de la ruta de biosíntesis de aminoácidos aromáticos como la del siquimato, el cual es un intermediario bioquímico importante en plantas y microorganismos. Es precisamente el hecho de ser exclusiva de las plantas lo que ha llevado a pensar que su toxicidad en animales es muy limitada, incluso inexistente.

Sin embargo, los animales silvestres pueden estar expuestos a niveles de este producto. El Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), ya advirtió que, aunque no son letales, «pueden estar ejerciendo efectos crónicos adversos».

En esta línea, una investigación liderada por el Instituto Regional de Investigación y Desarrolo Agroalimentario y orestal de Castilla-La Mancha (IRIAF), en colaboración con el Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) y la empresa Labiana Life Sciences, consiguió demostrar la presencia del glifosato en el 45% de las liebres encontradas muertas en el campo.

Los efectos del glifosato en los animales

Una de las grandes polémicas que rodean al uso de este herbicida son los efectos que tiene sobre los animales. Investigadores de la Universidad de Texas trabajaron para demostrar esto. Tal y como mostraba la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, llevaron a cabo el estudio alimentando a abejas con una solución de azúcar con glifosato. El grupo de control tan solo recibió azúcar.

Pasados tres días, las que habían recibido el cóctel de glifosato perdieron algunas de sus bacterias benignas en el intestino. Esta es la razón por la que los investigadores concluyeron que dicha sustancia puede llegar a debilitar el sistema inmunológico y alterar la microbioma intestinal.

El glifosato, según afirmaron, mata a las plantas indiscriminadamente, incluso a aquellas que son vitales para muchos animales, lo que sirve para evidenciar su gran impacto ambiental.