5/3/2018 | Redacción JyS

Cientos de trabajadores pueden ir al paro con la nueva normativa de la Junta de Castilla y León sobre poda de encinas. Sus caras en la reunión mantenida ayer reflejaban el difícil momento por el que atraviesan.


Un centenar de cortacinos –como así se denomina a los podadores de encinas– de diferentes municipios salmantinos se reunieron ayer por la tarde en el salón de plenos del Ayuntamiento de Matilla de los Caños del Río (Salamanca) para poner en común sus puntos de vista ante la nueva normativa que la Junta de Castilla y León quiere imponer a trabajadores y propietarios forestales a la hora de podar las encinas de la provincia. En la reunión todos coincidieron en señalar que las normas dictadas desde los despachos son imposibles de llevar a cabo en el campo por razones prácticas y porque suponen una grave amenaza para los propios encinares puesto que, entre otras cosas, prohíben cortar ramas con un diámetro superior a los 15 centímetros con carácter general. Sea cual sea el tamaño de la encina.

Los trabajadores del monte han tildado esta nueva norma como un auténtico «disparate» cuyas consecuencias son imprevisibles tanto social como ecológicamente, puesto que enviará al paro a centenares de profesionales, los únicos que quedan en la provincia cuidando las encinas, lo que supone una grave amenaza para el propio arbolado. Según denuncian, muchos ejemplares sucumbirán a las nevadas o a los fuertes vientos por culpa del peso de sus ramas y se pondrá fin a una de las pocas fuentes renovables de riqueza que fijan población en los pueblos salmantinos. Sólo en Matilla de los Caños del Río más de un centenar de personas viven, directa o indirectamente, de la poda de las encinas. Por este motivo el alcalde del municipio, Ciriaco Tardáguila, afirmó que desde el consistorio trabajarían para detener este grave ataque al mundo rural. Además recordaron que las técnicas de olivo y desmoche con las que ahora quieren acabar los técnicos de la Junta de Castilla y León han configurado los encinares salmantinos que hoy disfrutamos.

Amenazas, denuncias y consecuencias negativas también para la caza


Otro de los aspectos más comentados del encuentro fueron las amenazas de denuncia que algunos técnicos han lanzado a estos trabajadores, especialmente tras una reunión que celebraron el pasado jueves en Salamanca, organizada por la Asociación Forestal de Salamanca (ASFOSA). En este encuentro quedó en evidencia que, sorprendentemente, dicha asociación se ha plegado a los deseos de la Junta de Castilla y León, por lo que no está en condiciones de representar al sector forestal de la provincia. Ante este vacío de representatividad, los asistentes decidieron ponerse en contacto con la Asociación de Ganaderos 19 de Abril y solicitarles su ayuda para que, al menos de manera inicial y provisional, les brinden cobertura a modo de filial.

Los cortacinos eligieron siete representantes para constituir la asociación, que también contará con la presencia de propietarios de fincas, los cuales se niegan a aplicar las nuevas normas de la Junta en sus árboles. Una vez creada, cortacinos y propietarios barajarán la necesidad de movilizarse y analizarán las consecuencias de las nuevas directrices de poda para cuantificar el daño que causarán a las dehesas y al propio mundo rural. Además realizarán un análisis jurídico y otro técnico de las nuevas medidas impuestas por la Junta de Castilla y León, que exceden lo dispuesto en el Anexo I de la Orden FYM/985/2014 de 5 de noviembre.

Los asistentes a la reunión, apoyados por el alcalde de Matilla de los Caños, Ciriaco Tardáguila (en el centro), tras la reunión en la que decidieron crear la asociación forestal para defender los intereses de trabajadores y propietarios.