Hablamos con Juan Beltrán sobre su experiencia con Frank Cuesta, la caza, la actualidad del sector y el animalismo, al que considera «un problema para la sociedad en su conjunto» porque «no solo no distinguen a un buey de un toro bravo, sino que confunden a las personas con los animales». 
28/4/2019 | Redacción JyS 

Juan Beltrán.
Juan Beltrán.

Se llama Juan Beltrán y fue el último protagonista de la serie sobre caza de Frank Cuesta. Su intervención, sin duda, fue la más aplaudida. El mejor colofón que podríamos esperar. Seguramente porque representa a la inmensa mayoría de los cazadores españoles, que vieron en él un reflejo de su forma de ser y cazar. Su humildad, cercanía y la profundidad de sus palabras hizo que muchos nos quedáramos con ganas de seguir en su cocina, junto a él y Frank Cuesta, hablando de caza durante horas. Jara y Sedal lo ha hecho.
Pregunta. Juan, te has hecho famoso por ser la cara del «cazador pobre» español –como tú te definiste– después de tu intervención en el programa de Wild Frank Caza. ¿Cómo llevas esa ‘fama’?
Respuesta. Creo que para ser famoso hay que hacer muchos más méritos de los que yo he hecho. En todo caso, y como dijo alguien, solo soy más conocido. Evidentemente gracias al programa y a eso que se llaman redes sociales. Parece ser que mi intervención se ha identificado con la caza que practica la mayoría de los cazadores españoles, y que se había echado en falta en los dos primeros programas: la caza social. En ese sentido he percibido la gratitud de buena parte del colectivo, por lo que estoy satisfecho y agradecido. 
P. Tu intervención ha sido la más aplaudida de todas.
R. Creo que me ha tocado mostrar una modalidad de caza que, de por sí, es muy bonita y arraigada. Y aquí los perros han puesto mucho más que yo, así que el aplauso también es para ellos. Se ha considerado como algo extraordinario que abriese la puerta de mi casa, que hablase de la caza sin complejos ni miedos y que nos comiéramos un conejo, cuando eso debería ser normal y cotidiano. Y esto hasta me preocupa, porque demuestra que nos falta normalidad y nos sobra postureo. Sólo han grabado a una persona normal que, además, es cazador, y muchos se han visto reflejados. 
P. ¿Crees que la caza menor está mejor vista que la mayor?
R. Esta sociedad se está volviendo estúpidamente clasista. Y lo cataloga absolutamente todo, incluso a los animales. Así, parece más ‘cruel’ cazar un macho montés, seguramente por su tamaño y aspecto, que cazar un conejo. Como si ambos no merecieran la misma consideración. No hablemos ya si se trata de ratas, serpientes, topillos o insectos…, estos pueden ser aniquilados sin levantar el más mínimo interés ni preocupación. ¡Esto se llama hipocresía! Yo dije en el programa que no me gustaba la caza mayor y expliqué los motivos, y que el tamaño de la pieza tampoco me importa, ni para cazarla ni para defenderla. Así que considero tan respetable e imprescindible la caza mayor como la menor, independientemente de cuál sea la que yo practico. Además, también hay muchos cazadores sociales ‘pobres’ que practican la caza mayor.

«con estos programas sobre la caza y los toros frank ha tenido la vergüenza que a otros les falta de intentar conocer primero y opinar después»

P. ¿Cómo es Frank detrás de las cámaras?
R. Pues es un tío normal, aunque en un día de lluvia y frío como el del rodaje llevase sus dichosas chanclas (risas). Y muy valiente. Ha demostrado que para hablar de los temas hay que conocerlos y meterse dentro. Creo que con estos programas sobre la caza y los toros Frank ha tenido la vergüenza que a otros les falta de intentar conocer primero y opinar después. Yo destacaría de él, y de todo el equipo, algo que me llamó muchísimo la atención: en las dos ocasiones que nos reunimos para preparar la grabación y durante la misma, todos demostraron un interés extraordinario por el tema, preguntando y escuchando atentamente todas las explicaciones y comentarios que hicimos. ¡Eso se llama profesionalidad!
P. Hemos visto tu forma de cazar, tu casa, tus perros… Nos ha faltado saber en qué trabajas.
R. Yo soy una víctima de la crisis económica. He trabajado siempre en la empresa privada como administrativo y gerente. Es más, durante una década estuve en una empresa dedicada a la elaboración de embutidos y conservas de carne de caza, así que algo entiendo de la importancia económica de esta actividad. Ahora soy agricultor. Lo que creo que también me da un amplio conocimiento sobre la conclusión a la que llegaba Frank: «sin la caza esto sería un desastre», también para la agricultura.
P. La agricultura que produce las verduras que comen los veganos también mata animales…
R. En el programa yo explico a Frank el problema de compatibilizar la producción agrícola con la existencia de las poblaciones de animales salvajes. Algo más antiguo que el mear. Y él me decía:«es evidente que para que un vegano pueda comer espárragos tú tienes que matar conejos». Alguien debería explicarle a los veganos que para criar las verduras o cereales que consumen se suceden una serie de muertes de animales, que van desde los insectos hasta los rumiantes. Y que muchas de esas muertes se producen por la ingesta de venenos. Aunque aquí entrarían en el dichoso clasismo para diferenciar la importancia de unos animales y otros. Pienso que la agricultura es mucho más agresiva con el ecosistema que la caza, pues mientras que el interés de la caza es la regeneración de los recursos, el interés de la agricultura es la expansión y la superproducción.
P. También llevas años involucrado con la Federación Andaluza de Caza ¿No?
R. Efectivamente, llevo muchísimos años. Concretamente desde que empecé a formar parte de la Junta Directiva de mi sociedad de cazadores. Y fundamentalmente como miembro de la asamblea general de la FAC, que creo que es el cargo más gratificante que hay, pues representas a los cazadores federados de tu provincia. También he ocupado el cargo de secretario provincial en Jaén, he trabajado en varias comisiones y como delegado de competiciones y jueces de podenco andaluz y maneto y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Jueces ‘San Huberto’.

Juan Beltrán.
Juan Beltrán.

P. Desde esa dilatada experiencia ¿Cómo has visto la evolución de la Federación Andaluza de Caza? 
R. He conocido a tres presidentes de la FAC. Y puedo decir, sin error a equivocarme, que la evolución ha sido espectacular y que estamos ante la mejor versión hasta el momento. Digo hasta el momento, porque estoy seguro que vamos a seguir mejorando esa versión y creciendo imparablemente. Y todo ello debió a dos cosas muy simples. En primer lugar en la FAC se trabaja mucho, ¡pero mucho! desde el personal laboral hasta aquellos que, con cargos no remunerados, dedican su tiempo libre a trabajar por los cazadores andaluces, sean o no federados. Y por otro lado que en la FAC se escucha a todo el mundo, se atienden todas las sugerencias, no se pone veto a nadie que quiera sumar y los egos e intereses personales no se aceptan de ninguna de las maneras. Sobra decir que todo esto no se consigue sin un presidente ejemplar.
P. Bajo la presidencia de José Mª Mancheño se han puesto en marcha proyectos revolucionarios…
R. Sí, pero porque por primera vez se ha ido más allá del diagnóstico. En la caza, durante un montón de años, todo el mundo se ha dedicado a hacer pruebas médicas de todo tipo para ver qué le pasaba al enfermo: análisis, radiografías, informes, etc. ¡No necesitamos más diagnósticos! ¡Ya sabemos qué nos pasa! ¡Lo que necesitamos es un buen tratamiento! Y la Federación Andaluza ha comenzado a aplicar tratamientos de verdad para solucionar nuestros problemas.
P. Y cómo crees tú que evoluciona el enfermo ¿se está recuperando? 
R. Lentamente, pero creo que sí. Programas como el de Wild Frank nos ayudan a mejorar una de nuestras principales dolencias: la falta de comunicación con el resto de la sociedad. De todas formas no debiera preocuparnos solo lo que piensan los no cazadores de la caza, ni dirigir todos nuestros esfuerzos a convencer a quienes no nos entienden, ni respetan. Debiéramos preocuparnos más de nosotros mismos, de cuál ha de ser nuestro trabajo, nuestro comportamiento interno. El deber de un cazador es procurar poder cazar hoy, mañana y los próximos años, y que puedan hacerlo sus hijos y sus nietos. Y eso solo se consigue cuidando, gestionando y respetando el aprovechamiento de nuestras poblaciones cinegéticas. Si hacemos esto, podremos demostrar a la sociedad, a los no cazadores, que la caza es riqueza y conservación para todo el ecosistema.  

«Entre la política y la caza lo que ha faltado, desde siempre, es confianza»

P. Los políticos hablan ahora más de caza ¿esto es bueno para el sector?
R. Evidentemente los políticos, como consecuencia de la magnífica campaña de la Federación Andaluza de Caza #LaCazaTambienVota, hablan mucho más de caza. Pero eso no es lo importante. Decir yo apoyo la caza puede ser fácil para muchos partidos, lo difícil es demostrarlo. Y en esas estamos.
Entre la política y la caza lo que ha faltado, desde siempre, es confianza. Tenemos buenas leyes de caza que regulan la actividad de manera concienzuda, y sin embargo su desarrollo y aplicación son una tortura; provocando desencuentros importantes. Y todo debido a la falta de confianza. Los políticos no pueden seguir viendo al cazador como un potencial furtivo, como un sanguinario sin límites. Como alguien incapaz de gestionar con rigor los recursos. Por lo tanto, mientras ese cacareado apoyo no se convierta en confianza, hablar de caza por parte de los políticos servirá de muy poco.
P. Aún así hay importantes formaciones políticas que han llegado a proponer en sus programas electorales, incluso, prohibir la caza con perro. En Andalucía, precisamente.
R. No sé si nuestros políticos, y la sociedad en general, se han planteado esta pregunta: ¿se puede permitir nuestro país prescindir de la caza? Creo que el programa de Frank ha contestado perfectamente la pregunta. Y como ejemplo, entre otros, podríamos utilizar el ojeo de perdices que hemos podido ver. ¿Acaso los partidos anti-caza pueden ofrecer una alternativa real y rápida para la población de ese lugar, que les proporcione los jornales e ingresos que necesitan para vivir? ¿O les van a sugerir sustituir esos jornales y empleos con verdulerías para veganos? ¿O van cambiar el llamado turismo cinegético por ese otro turismo rural que en vez de generar riqueza y conservación lo que deja es mucha basura en el campo? ¡Más hipocresía!

«A Frank le diría que si ha perdido adeptos en el bando animalista, los ha ganado entre los cazadores. Y le puedo asegurar que nosotros somos mucho más leales y coherentes» 

P. ¿Qué te ha parecido que el presidente de la RFEC se haya presentado por VOX a las elecciones europeas?
R. Impresentable. Un tremendo error. Hay que conocer muy poco a la masa social federativa para pensar que iban a aprobar esa decisión…
P. En las redes sociales también eres muy activo. ¿Qué te han parecido las críticas hacia Frank tras el programa?
R. La crítica forma parte del éxito, y seguramente es consecuencia de ello. De cualquier manera las vertidas sobre Frank y su familia son fruto de la intolerancia más radical y de personas sin ningún valor moral.
P. ¿Qué mensaje le transmitirías a Frank?
R. No creo que yo pueda transmitir ningún mensaje a alguien con su bagaje y valentía. Solo puedo enviarle mi agradecimiento como cazador y persona por mostrar la normalidad de la caza y de quienes la practicamos. Le diría también que si ha perdido adeptos en el bando animalista, los ha ganado entre los cazadores. Y le puedo asegurar que nosotros somos mucho más leales y coherentes. 

«No solo no distinguen a un buey de un toro bravo, sino que confunden a las personas con los animales»

P. ¿Es el animalismo la peor amenaza de la caza? 
R. Este animalismo es la peor amenaza para la inteligencia. Y más que un problema para la caza, es un problema para la sociedad en su conjunto. No solo no distinguen a un buey de un toro bravo, sino que confunden a las personas con los animales. Sin ir más lejos han criticado las instalaciones donde tengo a mis perros diciendo que pasarían frío, y hemos podido ver que mientras nosotros rodábamos, congelados, ellos, se bañaban plácidamente el agua helada. Para quienes nos hemos criado entre animales y hemos subsistido en buena parte gracias a ellos, recibir lecciones de quienes los ven a través del buscador de Google nos produce pena. ¡Si mi madre me hubiese dicho que quería a su perro igual que a mí, me hubiese preocupado mucho!
P. ¿De verdad Frank sólo se comió la salsa?
R. Para mi asombro, solo se comió la salsa. Eso sí, le prometí para la próxima hacerle un paté y una ensalada de perdiz autóctona que no podrá rechazar.
P. Creo que hablamos en nombre de muchos cazadores al decirte esto: gracias por todo.
R. Muchas gracias a vosotros.
 
 

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