Cristina Muñoz cazaba en Burgos junto a su familia tres corzos, uno de ellos medalla de bronce, durante el primer fin de semana que practicaba esta modalidad. «Ha sido una experiencia muy emocionante», ha asegurado a Jara y Sedal. 
17/6/2019 | Redacción JyS 

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Cristina Muñoz, con el corzo medalla de bronce recién abatido. / C.M.

La joven onubense Cristina Muñoz, de 23 años, vivió una experiencia única a finales del pasado mes de abril cuando logró abatir el primero de los corzos de su vida con la gran suerte de que… ¡fue medalla de bronce! Pero ahí no quedó la hazaña, durante el mismo fin de semana logró cazar otros dos. 
Acompañada de sus padres y de varios cazadores más, Cristina disfrutó el pasado mes de abril en Burgos de apasionantes lances durante un mismo fin de semana. Uno de los machos que consiguió cazar la joven y cuyo trofeo pesó 463 gramos, finalmente ha sido medalla de bronce. «Ha sido una experiencia muy emocionante, ya que nunca había practicado esta modalidad de caza», asegura Muñoz. 
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Otra imagen del mejor corzo abatido por la joven ese fin de semana. / C.M.

La captura del más destacado de los corzos llegó durante el primero de los días de caza, en el que Cristina Muñoz iba acompañada de su madre y una amiga por una ladera mientras su padre cazaba en otra zona de la finca. «Fue junto a ellas cuando vi este precioso corzo al que pude cazar con éxito», relata la joven para este medio. 
Dice que cuando consiguió cazar el que era su primer corzo se sintió «muy feliz y satisfecha» ya que fue un lance «muy bonito» a unos 80 metros aproximadamente. Aparte de este, abatió dos más durante esos días. «Fue una magnífica experiencia tras los duendes del bosque acompañada de mi familia y amigos», ha señalado.

La afición por la caza de esta joven

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Cristina Muñoz durante la primera de las jornadas en las que logró cazar tres corzos. / C.M.

Fue hace cuatro años cuando se despertó en esta joven la gran pasión por la caza mayor, afición que le fue inculcando su padre. «La persona más importante de mi vida», dice la joven. «Él es cazador desde que era un niño. Y yo empecé de morralera con él en las monterías», reseña sobre sus inicios en la caza. 
A partir de ese momento Cristina tuvo la suerte de acudir a numerosas monterías y de cazar en ellas algunas de sus primeras piezas. No obstante, ha sido ahora cuando ha logrado cazar sus primeros «duendes», tres en el mismo fin de semana.