El joven cazador oscense Mario Nicolás abatió, el pasado domingo 23 de mayo, un descomunal jabalí de 131 kilos con unas prominentes defensas durante una noche de espera en un campo de cebada en el que este y otros animales de su especie habían provocado cuantiosos daños a la agricultura.
Nicolás, que llevaba quince días tras los pasos de este enorme macareno cuyos colmillos y amoladeras serán probablemente merecedores una alta puntuación cuando lo homologue, ha narrado a este medio cómo se topó con el enorme animal aquella noche.
Un primer jabalí, sorprende al cazador
«Me puse de aguardo al atardecer, y nada más comenzar la espera escuché romper monte; se trataba de un jabalí que estaba saliendo de una zona de pinos hacia un erial», explica el joven cazador de 17 años sobre el inicio de la prometedora noche.
Una hora más tarde apareció el protagonista. Nicolás advirtió a lo lejos un enorme jabalí: «Vi cómo venía por mitad de la siembra de cebada directo hacia mí, pero de repente se paró. Estuve esperando unos segundos y finalmente decidí encarar el rifle», explica sobre un lance que llevó a cabo con su rifle Sauer en calibre .270 Winchester.
Un silbido, la clave antes del disparo
En ese momento el macareno decidió dar unos pasos más, pero el joven silbó al verraco, que se quedó fijamente mirándolo durante varios segundos: «Fue el perfecto instante para apretar el gatillo. El disparo fue perfecto, pero aún así el animal anduvo durante cuarenta metros más», explica el joven sobre el «arreón» del jabalí antes de caer fulminado.
Poco después fue a cobrar la pieza. «Sabía que era grande, pero no tanto… es impresionante», describe en declaraciones a Jara y Sedal y advierte por último que los agricultores de esta zona de la provincia oscense sufren a diario los destrozos que realizan los jabalíes en las siembras por lo que, además de haber conseguido un magnífico animal, ha ayudado a paliar el problema de la comarca.
Cazan en Navarra el jabalí más extraño de la temporada: blanco, con una pezuña atrofiada y un colmillo deformado
El jovencísimo cazador navarro Manu Cabañas, de 18 años de edad, vivió el pasado mes de febrero en el coto social de su localidad natal, Artajona (Navarra), un lance que no olvidará jamás en el que consiguió abatir el jabalí más extraño de la temporada: blanco, con una rara pezuña y un colmillo deformado. Y es que además del peculiar pelaje de verraco, una de las pezuñas traseras la tenía deformada y no tenía una de las navajas (en el interior de la encía estaba deformada), lo que hacía que una de las amoladeras fuese desproporcionada. Así dio con él.