Montpellier se ha convertido en el escenario de una auténtica invasión de jabalíes que se aventuran a colarse, cada vez más, en las zonas urbanas. El caso más sorprendente se produjo el pasado martes 6 de febrero, cuando un jabalí fue encontrado por un vecino en el rellano del cuarto piso de un edificio en el barrio Mosson. El animal, que pudo haber sido alimentado por algunas personas debido a su tranquilo comportamiento, fue finalmente capturado por cazadores de la región.

Este suceso, que ha causado estupor entre los vecinos de la zona, es solo uno de los muchos que se han registrado en los últimos años en Montpellier y sus alrededores. Los jabalíes, que se han adaptado a la vida urbana y que cada vez temen menos al ser humano, se pasean por las carreteras, parques y jardines de la ciudad, provocando situaciones de riesgo. Los vídeos que muestran a estos animales salvajes en plena urbe son habituales en las redes sociales.

La proliferación de jabalíes se debe, según los expertos, a la falta de depredadores naturales, la abundancia de alimento y la escasa presión cinegética en la zona. Los cazadores, autorizados por la Administración francesa para regular la población de jabalíes, cuentan con un cupo de 30.000 ejemplares al año en el departamento de Hérault, cuya capital es Montpellier, pero aseguran que no es suficiente para frenar el crecimiento de la especie.

Ante esta situación, el Ayuntamiento de Montpellier y el Centro de Ecología Funcional y Evolutiva del CNRS han puesto en marcha un estudio para comprender mejor las razones de la presencia de jabalíes en la ciudad y buscar soluciones para gestionar el fenómeno. El objetivo es identificar las zonas donde los jabalíes se encaman durante el día, antes de salir a las calles por la noche, y actuar sobre ellas para disuadir a los animales de entrar en la ciudad. También se pretende concienciar a la población de que no alimente a los jabalíes, ya que eso dificulta su retorno a la naturaleza.

El otro jabalí que se coló en una casa y se tumbó en el felpudo

Una imagen más del jabalí tumbado en el felpudo. © GenovaQuotidiana

Otro insólito visitante sorprendió en noviembre de 2022 a un genovés que se levantó temprano para ir a trabajar. Al abrir la puerta de su casa, se encontró con un jabalí dormido en su felpudo.

El animal había entrado al edificio por una puerta que habían dejado abierta y había buscado un lugar cálido para pasar la noche. El hombre no se atrevió a molestarlo y llamó a las autoridades para que se hicieran cargo de la situación. Mientras tanto, tomó unas fotos del jabalí y las compartió en las redes sociales, donde se volvieron virales.

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