Los miembros de esta cuadrilla gallega han cazado en una misma jornada cinegética un jabalí de 170 kilos de peso y otro de 120 kilos. El más grande lo abatió el cazador a cinco metros de distancia. Así lo narran a Jara y Sedal.
23/10/2019 | Redacción JyS
Los componentes de la cuadrilla de Ginfo de Limia vivieron, el pasado domingo 20 de octubre, una jornada cinegética de auténtico infarto al abatir un tremendo jabalí de 170 kilos de peso y otro que superaba los 120. José Manuel Pintas, uno de los miembros de la cuadrilla Cando Texuntan -que cuenta con un total de 230 socios-, ha narrado para Jara y Sedal cómo vivieron los apasionantes momentos de la caza de estos jabalíes.
El más grande, el de 170 kilos de peso, llegó por la tarde, cuando los perros lo vieron en un matorral pequeño apostado. «Fue cerca de una laguna», relata José Manuel, que explica que estaba en una zona muy sucia de la que salió rápido ya que los canes lo acecharon.
En ese momento, el cazador José García Vences –de la misma cuadrilla- «se dejó llegar mucho al jabalí y lo abatió a tan sólo cinco metros de su cuerpo», relata Pintas. Fue un lance de auténtica emoción no sólo por esa corta distancia con la que el cazador se hizo con la monstruosa pieza, sino por el peso de ésta y porque de un solo disparo cayó. Buen acierto.
El segundo de los jabalíes, de 120 kilos de peso, lo cazaron por la mañana, y les salió de forma similar al grande, desde una zona de monte sucia y de un único y certero disparo lo abatieron. La foto final merece la pena recordarla y a buen seguro que no se le borrará de la mente en muchos años a esta cuadrilla de cazadores gallegos.
Además, hicieron un vídeo posterior de la enorme envergadura del macareno mientras era pesado. Este es:
Así son los ‘vakamulos’ gallegos
Pesan hasta 180 kilos y se encuentran en la zona de la Ribeira Sacra –provincia de Orense-. Son lo que en la cuadrilla ‘Monteiros Ribeira Sacra’ llaman «vakamulos»: jabalíes que debido a las condiciones naturales del lugar y el abandono de las fincas, viven «a sus anchas» en ese territorio. Estos terrenos pueden estar hasta ocho años sin cazarse, lo que hace que, junto con la abundancia de alimento, puedan alcanzar ese tamaño.
Senén Ramos, jefe de la cuadrilla «Monteiros Ribeira Sacra», narró para Jara y Sedal cómo es el día a día de su actividad cinegética con estos descomunales jabalíes. No te pierdas ni un detalle en este enlace.
