En compañía de su amigo Emilio, Juan Carlos Guillén se dirigía rumbo a Jaén el pasado jueves 25 de noviembre para cazar de la mano de la orgánica Hunter Hispania en la Finca Contadero-Selladores, una finca de titularidad pública y gestionada por Parques Nacionales situada a los pies del Santuario de La Virgen de La Cabeza en el municipio de Andújar. El día prometía, pero ninguno de los dos jóvenes monteros imaginaba que abatirían uno de los jabalíes más grandes de la temporada.

«En suerte y gracias a la mano del amigo Francisco Palacios, con el que compartía puesto ese día, nos tocó el 2 de Casa Vieja, a priori en el mapa un buen puesto ya que se encontraba en el mismo centro de la mancha», comenta el cazador sobre el lugar que ocuparía en la montería.

Según ha relatado el propio cazador, se trataba de «un precioso puesto de testero de monte apretado compuesto por jara, encinas y charnecas que nos lo iba a poner difícil, puesto que eran pocos y pequeños los claritos donde poder ver las reses».

«El cochino de mi vida en abierto»

«Ayer pude cumplir el sueño de todo montero», relata Juan Carlos sobre el jabalí que consiguió abatir y que, tal y como ha asegurado a Jara y Sedal, representa el cochino de su vida.

«Eran las 13 horas cuando el latido de un podenco puntero en el viso del testero de enfrente nos puso en alerta, acto seguido pudimos ver que la ladra venía en nuestra dirección y con un guarro delante», relata sobre el momento previo a echarse el rifle a la cara para «intentar cortarle la carrera en el mínimo hueco que pudiera verlo», recuerda.

Y así sucedía: «En un clarito de tres metros pude meterlo en el visor y conforme apreté el gatillo, echó el guarro a rodar con un tiro de codillo, mientras escuchaba decir a mi amigo Emilio por detrás: ‘Vaya boca tiene el guarro’».

Los tres monteros con el espectacular jabalí. © J. C. G.

«La fiesta de haber culminado el lance con éxito nos duró apenas 10 segundos, puesto que el animal se recompuso y echó a correr de nuevo teniendo que rematarlo de otros dos tiros más», asegura a la vez que destaca la fortaleza de estos animales.

Unos colmillos de infarto

«La alegría que me entró al ver ese guarro con 8,2 centímetros y 10,2 de navajas por fuera se la pueden imaginar ustedes (…) Bien sé que podré cazar jabalíes más grandes, aunque en abierto y como este pocos, por no decir ninguno», asegura sobre un animal con un trofeo que dará mucho que hablar.

Juan Carlos Guillén con el gran jabalí abatido en Jaén. © J. C. G.

Su amigo Francisco Palacios conseguía hacerse con dos venados y una muflona en el mismo puesto. Guillén -además del descomunal macareno- consiguió cobrar también un ciervo, otra muflona y un jabalí más.