La caza en pareja es una de las actividades que más unen una relación: se comparten los miedos, la adrenalina y las satisfacciones que ofrece el mundo cinegético y eso une más a las personas. Como la noche espera que narramos a continuación.

Está protagonizada por los cazadores castellonenses Mario Gómez Bosch, de 22 años, y Mar Járrega Chover, de 23. Mar aún no está muy involucrada en el mundo de la caza, pero es su novio el que le está inculcando poco a poco los valores que éste conlleva, como el de ser gestor del ecosistema como ellos pusieron en práctica al abatir un jabalí que estaba destrozando los campos de almendros de un agricultor del interior de la provincia de Castellón.

Así fue la emocionante noche de espera

Otra imagen del jabalí. © J. M.

Los dos cazadores habían estado, en los días previos, observando cuáles eran los pasos de este gran jabalí al que ya habían avistado en alguna ocasión. Aunque no tenían colocadas cámaras de fototrampeo, sí que sabían de su existencia por los grandes rastros que dejaba en la tierra con su hocico y en los árboles con sus colmillos. Por eso decidieron emprender la aventura de cazarlo.

Una primera espera fallida… y, a la segunda, la vencida. El primer día, el sábado 17 de julio, los cazadores realizaron en una primera espera, pero no dieron con el animal. Aun así, no perdieron la fe: «Estuvimos varios días más siguiendo los rastros, observando todas y cada una de las trochas, mirando las rutas que frecuentaba… y este sábado, sobre las 23:30 horas de la noche, tuvimos la suerte de que nos entró por una de las sendas que teníamos controlada», explica Mario.

El disparo y el equipo utilizado. Aquel día, la pareja se subió a un alto árbol para observar bien cómo entraba el macareno: «En cuanto apareció y sabiendo que estábamos a bastante altura sobre él, decidí disparar un poco más alto para que la bala tocase órganos vitales y cayese de inmediato, como así sucedió. Acerté en la zona alta del codillo y cayó en el sitio», relata el cazador levantino. Utilizó para ello un Rifle Browning Bar en calibre .30-06 y munición Hornady SST de 180 grains.

84 kilos de peso y unas tremendas defensas. Al ir a cobrar la pieza cuando pasaron unos minutos, los cazadores se toparon con las tremendas defensas que el verraco poseía: «La navaja izquierda medía 18,5 centímetros de largo y 19 la derecha; además, ambos colmillos tenían 2,5 centímetros de grosor. Un auténtico portento de jabalí», define Gómez.

Una pareja de Jaén caza en espera un descomunal jabalí

jabalí

El cazador Jesús Robledillo, natural de Huesa (Jaén) y miembro del coto Dehesa de Quesada, del citado municipio, abatió el pasado 29 de junio un corpulento jabalí de 115 kilos de peso y que portaba un destacable trofeo. Además, compartió la noche de espera junto a su novia, que también es cazadora, en un instante que no olvidará jamás por la envergadura del macareno y lo emocionante del lance, que narró a Jara y Sedal.