Este joven abatió el pasado 1 de noviembre durante una noche de espera un tremendo verraco de 127 kilos de peso y unos enormes colmillos. Nos cuenta la aventura.

7/11/2019 | Redacción JyS

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Carlos Pastor Espinosa con el jabalí. / C.P.E.

El joven cazador murciano Carlos Pastor Espinosa, de 20 años de edad y natural de la localidad de Mula, abatió el pasado viernes 1 de noviembre durante una noche de espera en el coto del municipio de Fuente Librilla –en las faldas de Sierra Espuña- un tremendo jabalí que dio un peso total de 127 kilos.

Pastor ha explicado a este medio que comenzaron la noche de aguardo a las doce de la medianoche. «Alrededor de una hora y media más tarde, empezamos a escuchar masticar una oliva», relata el cazador, que explica que fue entonces cuando se levantaron sigilosamente del almendro en el que estaban apostados.

Otra imagen de Carlos Pastor Espinosa con el jabalí. / C.P.E.

Esa misma noche estrenaba su rifle Benelli, por lo que lo hizo por todo lo alto el joven cazador. «Vi el jabalí a unos cien metros de distancia, pero no podía esperar más, por lo que disparé». La bala cayó certera en la zona del corazón del tremendo macareno, tumbándolo al instante. Cuando fueron a por él se encontraron con la sorpresa: 127 kilos de verraco. «No nos lo creíamos», narra a Jara y Sedal el cazador.

«Todavía no lo he llevado al taxidermista, pero me han dicho que puede ser medalla», augura el joven, que estuvo acompañado en la espera por Fernando Martínez del Baño, también de la localidad de Mula.

Otro enorme jabalí en espera en Murcia

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Sandra Navarro y su pareja, Antonio, con el jabalí abatido. / S.N.

La joven Sandra Navarro, de 20 años, abatió junto a su pareja el pasado mes de mayo un enorme jabalí en espera. El lance tuvo lugar en una finca de la Región, en una zona de bancales de almendros en la que el suido llevaba entrando «bastante tiempo».

El agricultor y el dueño de la finca estaban hartos de que los animales salvajes, especialmente los jabalíes, atacaran constantemente los árboles y amenazaran su forma de vida, por lo que llamó a Sandra y Antonio para que, al menos, los espantaran por un tiempo de la zona. Así se hicieron con él.