En el municipio de Cantalojas, ubicado en la provincia de Guadalajara, el próximo sábado, 26 de octubre, va a tener lugar un festival por la conservación del lobo. Esta cita, organizada por la Sociedad Científica DIRUS y el Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo, ha provocado el enfado del sector de los ganaderos y una de las señaladas ha sido la asociación Lobo Marley.
Su presidente, Luis Miguel Domínguez, junto con otros animalistas, participará en este evento, que tendrá lugar en una zona de nuestro país que ha sufrido mucho los ataques de esta especie. Es por ello que muchos ganaderos se han pronunciado mostrando su indignación al respecto.
El enfado del sector ganadero
De este modo, han asegurado estar «hartos de los continuos ataques de lobo» a sus cabañas ganaderas y han resaltado las «muchas pérdidas» contra las que están teniendo que luchar como consecuencia de ellos. La gravedad, incluso, les ha llevado a replantearse la continuidad de sus explotaciones.
Antonio de Miguel, un conocido biólogo y defensor del mundo rural, ha afirmado que la organización de este evento es «una provocación» y, en contra de lo que pretenden hacer, «es falso que el lobo esté en peligro en España o que corra riesgo». «El lobo no está en situación vulnerable en España; los que sí están desprotegidos son las vacas, ovejas y equinos; o sea la ganadería extensiva y, en consecuencia, el medio rural», ha añadido.
«Este eterno problema del lobo y el hombre que hay en España no se solucionará con este tipo de eventos ni con posturas radicales ultra proteccionistas, ni con leyes promovidas y amparadas en un solo lado. Viviremos condenados a una guerra continua entre posiciones e intereses si no se escuchan y se tienen en cuenta a todas las partes. Es necesario encontrar un equilibrio entre todos los sectores implicados por el bien de la especie», ha opinado respecto a ese festival del lobo.
En lo que respecta al enfado de los ganaderos, ha considerado que a estos trabajadores se les «debería indemnizar no con el valor standard del animal, sino por el valor de reposición; la Administración no solo debe indemnizar por el lucro cesante por la muerte del animal sino también por el daño emergente y costes asociados, es decir por los gastos que se asumen cuando se pierde un animal».
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De la misma manera, Antonio de Miguel también ha ofrecido la que, en su opinión, podría ser la solución para paliar toda esta situación. «La clave está en acabar con el conflicto social; el mayor problema de conservación del lobo es el conflicto social. Hace falta un plan de gestión que permita una eficaz conservación del lobo dentro de un marco de coexistencia con el mundo rural», ha expuesto.
Por último, ha concretado que «la solución más satisfactoria para todos sería crear reservas». «Consiste en crear grandes áreas en las que la intervención humana sea mínima para no romper el equilibrio natural entre el lobo y sus presas. Zonas en las que no haya ganado, que cuenten con condiciones adecuadas para que viva el lobo».
«Así, en estas zonas reservadas, los lobos podrían vivir en paz sin ser perseguidos por el hombre, limitándose, para ello, toda intervención humana que pudiera incidir negativamente en la vida del animal», ha concluido.