Un equipo de investigación científica demostró que estos animales también deben ser tenidos en cuenta a la hora de valorar los daños en un cuerpo en descomposición.
8/5/2017 | Redacción JyS
En 2014, un equipo científico colocó un cuerpo humano en descomposición en medio de un bosque propiedad del Centro Forense de Investigación Antropológica de San Marcos (Texas). El objetivo era estudiar las marcas que dejaban las distintas especies carroñeras en los restos. Para documentar el estudio colocaron cámaras de grabación y fototrampeo.
Después de unos meses de investigación, los científicos comprobaron algo realmente sorprendente. Al recoger las imágenes de las cámaras vieron cómo un ciervo portaba en su boca una costilla del cuerpo.
Este hallazgo, publicado en Journal of Forensic Sciences, ha constituido toda una novedad, ya que nunca antes se había visto a un cérvido alimentarse de carroña humana; si bien se ha informado sobre casos de ciervos alimentándose de otros animales.
Según el estudio, los cérvidos dejan unas marcas características a rayas en los extremos de los huesos, producto del movimiento de la mandíbula del animal al morder. Sin embargo, los investigadores sostienen que esta conducta no es común en estos animales.