José María Cuvillo, cazador, vivió el pasado domingo 12 de mayo una jornada que le va a costar olvidar. Cazó un gran corzo más de dos años desde que se encontró con por primera vez con el que bautizó como el ‘corzo fantasma’. Pero, ¿era realmente ese ejemplar?
Tenemos que remontarnos hasta el 11 de abril de 2022 para entender lo destacado de este lance. Esa tarde fue cuando vio aparecer al destacado ejemplar en un coto de la provincia de Cuenca. En dicha ocasión había dejado a su perro Gaspar en Madrid, así que decidió volver al acotado horas después, con su hija y con el animal, para tratar de encontrar al «precioso» corzo que había localizado.
Tras esto, José María intentó una «espera vespertina». De repente, desde la carretera vieron, «a unos 600 metros», cómo salía un «corzaco que, después de un breve paseo por la linde de la siembra, decidía meterse al monte nuevamente», ha contado el cazador al equipo de Jara y Sedal. En ese momento comenzó su historia con este peculiar animal.
Así nació la historia del ‘corzo fantasma’
«El corazón se me salía por la boca», ha narrado José María en cuanto a ese instante en el que vio al destacado macho por primera vez. «A 200 metros tenía al bicharraco, muy alto y bien formado, que careaba muy tranquilamente», recuerda.
Después de dispararlo, el corzo hizo «la clásica media luna y desapareció en la espesura del bosque». «Convencido como estaba de haberlo enganchado», ha confesado José María, «fui a por el perro e iniciamos la rutina del pisteo, pero no había ni gota de sangre ni pelo alguno y el perro no aparentaba nerviosismo».
Pasaron unos días hasta que el cazador pudo volver a ver al animal «vivito y coleando», como ha apuntado. «Había fallado de manera inexplicable un tiro relativamente sencillo». En siguientes ocasiones, él y su hijo mayor le dieron «hasta tres sustos más, sin que le rozara ninguna bala». Fue así como empezaron a llamarlo ‘El Fantasma’.
Ya en la siguiente temporada, este corzo no apareció en ningún momento hasta finales del mes de mayo. «Hasta dos lances tuvo mi hijo y, nuevamente, el ‘Fantasma’ hizo honor a su nombre», ha continuado narrando. Lo vieron por última vez a finales de junio.
Tres temporadas detrás del mismo corzo
De este modo llegaron al presente año. Un día, la cámara colocada en el coto captó imágenes de un destacado corzo y todos dieron por hecho que se trataba del mismo. En cambio, dejaron de verlo hasta que algo ocurrió el pasado 12 de mayo.
«Una mañana, temprano, después de ir a buscar sin éxito un corzo que tengo localizado y que se ha convertido en mi objetivo de esta temporada», ha comenzado narrando José María sobre esa jornada, «decidí trasladarme en coche a otra zona del coto. Desde la carretera divisé con el rabillo del ojo dos corzos que ramoneaban tranquilamente en el lado opuesto de la siembra del ‘Fantasma’», ha detallado.
Ante tales ejemplares, decidió hacer una entrada para intentar cazar al macho. «Procuré calmar la respiración y lo metí en la cruz del visor instalado en mi 6,5×55. Apreté suavemente el gatillo y sonó, tras el disparo, el tradicional ruido de golpe seco en la carne. La corza se metió en el monte y el corzo corrió en sentido opuesto hacia la siembra, y ahí desapareció de mi vista», ha seguido recordando.
¿Era el ‘corzo fantasma’?
En compañía de su teckel Tabú entraron a la siembra y, de repente, a su derecha «surgió de la siembra el corzo corriendo». «Me quedé paralizado por la hermosura de la escena. A unos 10 metros de mí había pegado tres grandes zancadas y había vuelto a sumergirse en la espesura del cereal», ha explicado con detalle el cazador.
De nuevo, los ladridos de Tabú resonaron en el coto, pero esta vez le indicaban que «el corzo no se iba a levantar más», como él mismo ha indicado. «Me dirigí hacia ellos y allí estaban, perro y corzo. Vaya escena, ¡y vaya corzo!», ha concluido contando sobre el lance.
Finalmente, tras analizar en su casa las fotografías del animal que había conseguido abatir, se dio cuenta de que no se trataba de ese ejemplar con el que tanto había soñado. «El ‘Fantasma’ sigue vivito y coleando, pero yo he tenido la suerte de tropezar con el ‘Fantasma bis’», ha asegurado.
Cazan en Ávila un corzo de sierra con siete puntas después de seguirlo durante tres años
La mejor historia de caza de corzo puede llevarse unos prismáticos Burris Droptine y un arnés Beretta
El lance que acabamos de narrar es uno de los participantes en el concurso que desde Jara y Sedal hemos lanzado en colaboración con Beretta Benelli Ibérica (BBI). La mejor historia puede llevarse unos magníficos prismáticos Burris Droptine 10×42, así como un arnés de Beretta.
Quienes quieran optar a este premio pueden hacerlo fácilmente enviando un email a [email protected], o bien un mensaje privado a cualquiera de nuestras redes sociales contándonos tu mejor historia de corzos, además de adjuntar las fotos de ese día, tu número de teléfono y seguir en Instagram el perfil de Jara y Sedal (@jaraysedal.es) y el de BBI (@beretta_benelli_iberica).